El mandatario colombiano lanzó una fuerte alerta a través de sus redes sociales, donde vinculó las operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe con una presunta amenaza directa contra Colombia. Las tensiones diplomáticas con Washington se agravan tras nuevos señalamientos de Donald Trump.
DIARIO DEL HUILA, ENFOQUE
En un nuevo capítulo de la creciente crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro advirtió este martes 21 de octubre sobre la existencia de una supuesta “amenaza de invasión militar a Colombia”. El pronunciamiento, difundido a través de su cuenta oficial en X, generó revuelo nacional e internacional por el tono y el contexto en que fue realizado, justo después de un encuentro diplomático que buscaba calmar las aguas con el gobierno de Donald Trump.
Petro relacionó las operaciones militares estadounidenses en el mar Caribe, que tienen como objetivo combatir el narcotráfico y las redes vinculadas al llamado Cartel de los Soles, con una escalada que, según él, podría desembocar en una agresión militar contra Colombia y Venezuela. En su mensaje, el mandatario colombiano afirmó que detrás de esas acciones hay intereses políticos que buscan desestabilizar su gobierno.
“En el desastre de política antinarcóticos que ya ha matado a 27 lancheros del Caribe, toda gente pobre que, llevando o no llevando cocaína, han sido asesinados por misiles, y que ya ha ganado una amenaza de invasión militar a Colombia y a Venezuela, y que va a traer sanciones personales sobre mí, como si fuera el jefe del narcotráfico en el mundo”, escribió Petro.
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El presidente colombiano también aseguró que las tensiones actuales con Washington se intensificarán debido a sanciones personales en su contra, las cuales, según dijo, estarían siendo impulsadas por el expresidente Donald Trump, quien recientemente lo calificó como un “lunático con muchos problemas mentales” y lo acusó de encabezar redes del narcotráfico.
En su publicación, Petro comparó su situación económica con la de Trump y cuestionó las motivaciones detrás de las acusaciones: “Apenas tengo una casa que todavía adeudo al banco y que vale menos que la mitad de una sala de los apartamentos que son propiedad de Trump”, escribió, sugiriendo que detrás de los ataques hay fines políticos.
El mandatario también señaló al senador estadounidense Bernie Moreno, a quien acusó de jugar un “papel nefasto” en las relaciones bilaterales entre ambos países, insinuando su participación en lo que denominó una “trama de desestabilización”.
Estas declaraciones se produjeron apenas 24 horas después de que Petro sostuviera una reunión con John McNamara, encargado de negocios de Estados Unidos en Colombia, en la Casa de Nariño. El encuentro fue interpretado por la Cancillería colombiana como un primer paso para superar el “impase” diplomático generado tras los cruces de declaraciones entre ambos gobiernos.
El comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores destacó que las partes “coincidieron en que este es el primer acercamiento en pro de subsanar el actual impase en las relaciones bilaterales” y anunciaron que se sostendrán nuevas reuniones para alcanzar una pronta solución. Sin embargo, las palabras del presidente en X contrastaron con ese tono diplomático y volvieron a tensar la situación.
Entre la diplomacia y la confrontación
El nuevo pronunciamiento del jefe de Estado colombiano dejó en evidencia la fragilidad del diálogo con Washington, justo cuando ambas administraciones habían empezado a reconstruir los canales de comunicación. Analistas internacionales advirtieron que los mensajes de Petro podrían afectar los esfuerzos para normalizar las relaciones, sobre todo en materia de cooperación en seguridad y lucha contra el narcotráfico.
La Casa Blanca, por su parte, no se ha pronunciado oficialmente sobre las afirmaciones del mandatario colombiano. Sin embargo, fuentes cercanas al Departamento de Estado indicaron que Estados Unidos mantiene su posición de rechazo frente a las acusaciones y reiteró que sus operaciones en el Caribe se desarrollan “en estricto cumplimiento del derecho internacional y con el propósito de combatir el tráfico ilícito de drogas”.
Mientras tanto, la incertidumbre persiste. En los últimos meses, la relación entre Bogotá y Washington ha pasado de ser estratégica a convertirse en uno de los focos diplomáticos más tensos de la región. Petro insiste en que no permitirá que Colombia “sea utilizada como escenario de guerra” y reitera su llamado a la soberanía latinoamericana frente a las potencias extranjeras.
La advertencia presidencial sobre una presunta “invasión militar” abre un nuevo frente de debate político y diplomático, en momentos en que la región busca mantener la estabilidad y reactivar sus canales de cooperación.
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