Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
oscartrujillo79@gmail.com
Esta semana he tenido la oportunidad de participar activamente en la Semana Mundial de la Alimentación organizada por la FAO en su sede central en Roma, en el marco del Foro Mundial de la Alimentación (World Food Forum, WFF), la cual ha sido una experiencia intensa, inspiradora, estratégica y enriquecedora, en la que convergen juventudes, innovación, inversión y diplomacia.
Este año, el Foro Mundial de la Alimentación se celebra bajo el lema “Hand in Hand for Better Foods and a Better Future”, lo que significa “mano a mano por mejores alimentos y un futuro mejor”, evento en el cual también se conmemora el 80.º aniversario de la FAO, donde la propuesta para esta versión es impulsar un sistema agroalimentario más sostenible e inclusivo mediante la convergencia de juventudes, ciencia, innovación e inversión.
Además, participamos en la exposición ferial “From Seeds to Foods” (desde las semillas a los alimentos) del 10 al 13 de octubre, donde dimos a conocer nuestros productos insignias de la región, ofreciendo una experiencia narrativa, mostrando las múltiples dimensiones de nuestro sistema alimentario.
Uno de los momentos más vibrantes fue la apertura del Foro Mundial de Juventudes, donde los jóvenes fueron no solo espectadores, sino actores propositivos, participando en debates, talleres, laboratorios de innovación, presentación de iniciativas locales e internacionales, en estos escenarios se busca que la juventud no solo participe, sino lidere con audacia, generosidad y desafío mutuo.
Igualmente participé en sesiones temáticas centradas en seguridad alimentaria, acceso equitativo a recursos y la integración de jóvenes en cadenas de valor locales, fue emocionante ver cómo muchas propuestas emergentes buscan alianzas locales-globales, con tecnologías de precisión, sistemas de monitoreo inclusivo y modelos de inversión sostenible, generando un entorno de eventos que reúne a jóvenes líderes, instituciones públicas, empresarios, organismos internacionales, inversores y representantes de gobiernos de todo el mundo.
Uno de los momentos más determinantes fue nuestra participación como delegación del Huila, en el Foro de Inversión Hand in Hand – HIH, el cual brinda una plataforma para que gobiernos presenten planes de inversión agrícola desarrollados a través de la Iniciativa Mano a Mano (Hand in Hand) ante inversores globales; participando con una iniciativa concreta de inversión en cacao con intereses agroforestales, inclusión rural, calidad sostenible y mercados con valor agregado; esta apuesta esta alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con la política agroalimentaria de la FAO, la cual integra tres pilares esenciales, que son sostenibilidad ambiental, inclusión social y crecimiento económico.
Estos días en Roma han dejado lecciones clave que conviene destacar y proyectar, proponiendo unas acciones concretas para el territorio:
- Consolidar alianzas mediante la articulación interinstitucional integrando la empresa, academia, estado.
- Vincular a los jóvenes en toda la cadena agroalimentaria, generando espacios y alternativas en la producción, procesamiento, comercialización e innovación de nuestras apuestas productivas.
- Presencia en escenarios de exposición y foros para buscar financiamiento (fondos públicos, multilaterales, privados).
- Establecer una hoja de ruta de inversión sostenible orientada a nuestros sectores productivos.
En estos espacios confirmé que el modelo huilense tiene todo para convertirse en ejemplo de sostenibilidad e inclusión, porque está basado en la confianza, la asociatividad, la innovación y la educación rural.
Participar en la Semana Mundial de la Alimentación fue más que asistir a un evento, fue ser parte de un movimiento global que busca transformar cómo producimos, consumimos y valoramos los alimentos, donde el mundo está girando hacia una economía rural más sostenible, más justa y más humana.
Como reflexión final me queda que el cambio no vendrá de un solo actor, ni de una sola dimensión, vendrá de una apuesta colectiva, estructural y continua, donde se converja con los grandes retos globales, como la seguridad alimentaria, adaptación climática e inclusión territorial.








