Con la asistencia del presidente de los Estados Unidos Donald Trump y de jefes de Estado de Hamas se llevó a cabo en Egipto la cumbre por la paz para superar el conflicto que fue propiciado por Hamás, tras haber asesinado salvajemente a 1.450 israelitas el 7 de octubre de 2023 y secuestraron a 350, que obligó al país más potente militarmente del Medio Oriente, a intervenir para rescatarlos por la fuerza. De todo ese accionar bélico, fueron muertos más de 70 mil gazaties y destruido toda la infraestructura locativa y productiva con permanentes bombardeos que arrasaron viviendas, hospitales, escuelas y edificios gubernamentales, obligando a esta población a soportar las más grandes hambrunas que se tenga historia en el presente siglo. Lo anterior despertó toda clase de solidaridad internacional para que cesara esta absurda violencia que solo dejó muerte, lesionados y destrucción. Lo anterior, deja una cruda lección al grupo terrorista, sobre su futuro accionar terrorista que emprendan contra los intereses de Israel y de los Estados Unidos. Con la liberación de 20 secuestrados vivos y cuatro cadáveres entregados a la Cruz Roja Internacional y quedando pendiente la entrega de 28 cadáveres en los próximos días. Se convierte en un bálsamo de esperanza y paz para estos pueblos.
Hay que reconocer el liderazgo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump que lideró todo este esfuerzo internacional, con actores en conflicto y la mediación de otros países árabes, para lograr la firma de este acuerdo de paz. Se convierte en el octavo logro para contribuir en la terminación de conflictos armados con otros países del mundo. Por este motivo, algunos actores mundiales, lo han postulado a la Academia Sueca de Ciencias para sea opcionado para el próximo Nobel de Paz. Igualmente expresó que va a liderar el proceso de reconstrucción de este país que quedó en ruinas, para lo cual se han unido otras naciones para apoyar esta loable iniciativa.
Ha sido considerado fuera de contexto, la actitud asumida del presidente Gustavo Petro Urrego, porque no fue invitado a estos actos protocolarios, donde no asistieron representaciones diplomáticas de países latinoamericanos. Culpó al primer mandatario estadounidense por haberlo vetarlo al acto de la firma del plan de paz para Gaza, al que asistieron numerosas autoridades mundiales en la ciudad balneario-egipcia de Sharm el Sheij. Se quedó con las ganas de lanzar su tradicional discurso incendiario entre las personalidades y lideres mundiales que asistieron a este magno y solemne evento. Este es un claro mensaje subliminal, que su participación en los grandes eventos que se desarrollen en los meses que le quedan de presidente, será siempre vetado por el país más potente del planeta, dada la permanente hostilidad que ha emprendido contra los intereses de los Estados Unidos y las autoridades norteamericanas.
