Después de más de cuatro décadas de incertidumbre, cinco familias caqueteñas conocieron finalmente lo ocurrido con sus seres queridos desaparecidos en la década de 1970, como consecuencia del conflicto armado. La verdad llegó a través de los Encuentros para la Verdad y la Dignificación, una estrategia de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) que busca brindar cierre a casos en los que, aunque no se puedan recuperar los cuerpos, existe un alto nivel de certeza sobre lo ocurrido.
El encuentro se realizó en San José del Fragua, hasta donde viajaron familiares desde distintas regiones del país. En medio de una ceremonia solemne, los asistentes conocieron los hallazgos de la investigación humanitaria y participaron en actos simbólicos en memoria de sus seres queridos, desaparecidos hace más de 40 años.
“Al establecer la suerte y el paradero de estas personas, logramos cerrar sus procesos de búsqueda. Del universo de aproximadamente 4.500 personas dadas por desaparecidas en Caquetá, cinco grupos familiares lograron descansar de su incertidumbre”, explicó Yolima Isabel Jurado, coordinadora de la UBPD en el departamento.
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Durante la acción forense fueron ubicadas dos fosas —una colectiva y una individual— en la vía que comunica Albania con Curillo, donde se determinó que en 1981 y 1982 fueron sepultados los cuerpos de las cinco víctimas tras acciones bélicas. Aunque el paso del tiempo y las condiciones del suelo impidieron conservar los restos óseos, las prendas y objetos hallados, junto con los análisis científicos realizados en Bogotá, permitieron establecer con alta probabilidad su identidad.
Para Norberto Parra, hermano de una de las víctimas, el encuentro significó un alivio tras años de búsqueda:
“Después de tanto tiempo de lucha y de tanta violencia, ha sido importante conocer a otros familiares que también estaban buscando. De cierto modo, descanso yo como hermano y descansa toda la familia”.
La ceremonia incluyó una eucaristía en la iglesia de Nuestra Señora de Aránzazu, una caminata simbólica con flores blancas y la inhumación de las evidencias en dos osarios donados en el cementerio local, gracias al apoyo de la Alcaldía y la parroquia.
La UBPD resaltó que este logro fue posible gracias a la colaboración de la comunidad y de exintegrantes del Movimiento 19 de Abril (M-19), quienes aportaron información clave en un proceso que denominan “Echarle agüita a los recuerdos”, mediante el cual se han documentado nuevos casos en los Planes Regionales de Búsqueda Caquetá Centro y Caquetá Sur.
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