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Frutas y servicios elevan el costo de vida en el Huila según el DANE

Oct 8, 2025

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Aunque el país registró una leve variación del 0,4 % en la inflación durante septiembre, el comportamiento de precios en el Huila muestra contrastes entre el costo de los alimentos y los servicios públicos. El aumento en frutas frescas, comidas fuera del hogar y servicios de internet incidió en el gasto de los hogares, mientras que el descenso en productos como el tomate y la energía alivió parcialmente el bolsillo de los consumidores.

DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA

El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a septiembre de 2025 refleja una leve variación mensual de 0,32% a nivel nacional, consolidando una tendencia de estabilidad en la inflación. Sin embargo, detrás de ese dato general se esconden importantes movimientos que afectan de manera directa a los hogares del Huila, especialmente en los rubros de alimentos, servicios de comunicación, electricidad y vivienda.

De acuerdo con la directora del DANE, Piedad Urdinola Contreras, las subclases con mayores contribuciones al aumento mensual del índice fueron frutas frescas (0,08 puntos porcentuales), los servicios de comunicación fija, móvil e internet (0,05 puntos), y las comidas en establecimientos de servicio a la mesa (0,03 puntos). En contraste, las que más contribuyeron a moderar la variación fueron el tomate (-0,08 puntos), la electricidad (-0,06) y el suministro de agua (-0,03).

Estos movimientos no son menores en una región como el Huila, donde el peso del gasto en alimentos y servicios públicos dentro del presupuesto familiar supera el promedio nacional. En Neiva, Pitalito y La Plata —las tres ciudades de referencia del DANE en el departamento—, el comportamiento del costo de vida continúa determinado por la estacionalidad agrícola y las tarifas de los servicios básicos.

Frutas y alimentos, protagonistas del alza

Durante septiembre, el precio de las frutas frescas fue uno de los factores que más influyó en el alza del IPC. Su incremento del 2,38% se explica principalmente por la reducción en la oferta de productos como el mango, la guayaba y la papaya, altamente sensibles a las variaciones climáticas. En regiones como el Huila, donde la producción frutícola depende de pequeños agricultores y de condiciones meteorológicas estables, los fenómenos de calor prolongado y la falta de lluvias en zonas como el valle del Magdalena y el sur del departamento han reducido la disponibilidad en los mercados locales.

En contraste, el precio del tomate cayó un 16,38%, convirtiéndose en el producto que más aportó a moderar la inflación. Este comportamiento está asociado al repunte de cosechas en el norte del país, pero también a una mayor producción en municipios huilenses como Campoalegre, Palermo y Algeciras, donde las lluvias recientes favorecieron el cultivo.

El alza de la yuca (12,25%) también llamó la atención. Aunque su peso dentro de la canasta es menor, el aumento refleja los altos costos del transporte y la escasez temporal en algunas plazas de abasto. La carne de res, por su parte, presentó un incremento de 0,63%, mientras que los huevos y hortalizas se abarataron levemente.

Para las familias huilenses, estos ajustes implican un cambio directo en la canasta básica: mientras frutas y comidas fuera del hogar presionan al alza el costo de vida, otros productos esenciales —como el tomate, la papa y el arroz— continúan amortiguando el efecto inflacionario.

Servicios y vivienda: el peso de los gastos fijos

El informe del DANE muestra que los arriendos (efectivo e imputado) aportaron conjuntamente 0,08 puntos porcentuales a la variación mensual, confirmando que la vivienda sigue siendo uno de los rubros más pesados dentro del gasto familiar. En Neiva, el incremento de los cánones de arrendamiento ha sido constante durante todo 2025, impulsado por la demanda de vivienda urbana y el encarecimiento de los servicios públicos.

En septiembre, la electricidad registró un leve aumento del 0,53%, aunque su aporte al IPC fue negativo (-0,06 puntos), gracias a la reducción en las tarifas en algunas zonas del país. En el Huila, sin embargo, persisten las quejas ciudadanas por las facturas elevadas y los cargos adicionales por consumo, especialmente en municipios del sur y occidente.

El suministro de agua (-0,03 puntos) también ayudó a moderar la inflación nacional, pero en varias cabeceras municipales del Huila los incrementos tarifarios recientes aún impactan el bolsillo de los hogares de bajos ingresos. En Neiva, la tarifa promedio del metro cúbico de agua supera el promedio nacional, y los usuarios han reclamado una mayor regulación sobre los cobros del aseo y el alcantarillado.

Comunicaciones y tecnología, el nuevo gasto básico

Otro de los factores que presionó el IPC de septiembre fue el aumento de 1,59% en los servicios de comunicación fija, móvil e internet. La digitalización acelerada y la dependencia del internet para el trabajo y la educación han convertido este gasto en un elemento esencial de la canasta familiar, especialmente en zonas urbanas del Huila.

En ciudades como Neiva y Pitalito, los hogares de ingresos medios y altos destinan una proporción creciente de su presupuesto mensual al pago de planes de datos, televisión e internet. En contraste, en áreas rurales, el acceso limitado a la conectividad sigue marcando una brecha que se refleja en los precios más altos de los servicios y menor cobertura.

La inflación del año corrido: alimentos, transporte y educación al alza

Entre enero y septiembre de 2025, el IPC nacional acumuló una variación de 4,55%, donde los mayores incrementos se concentraron en educación (7,30%), alimentos y bebidas no alcohólicas (6,31%), restaurantes y hoteles (5,90%), salud (5,28%) y bebidas alcohólicas y tabaco (5,15%).

Para el caso del Huila, el comportamiento es similar: los gastos asociados a alimentación, transporte urbano y servicios de educación mantienen su incidencia en el aumento del costo de vida. El transporte público urbano subió 8,95%, afectando principalmente a los trabajadores informales y estudiantes que se movilizan diariamente entre municipios.

Las comidas en establecimientos de servicio a la mesa presentaron un alza de 6,07%, impulsada por los mayores costos de insumos y la inflación acumulada en alimentos. En Neiva, el precio promedio del almuerzo ejecutivo superó los $15.000, mientras que en municipios intermedios como Garzón y La Plata el costo oscila entre $10.000 y $12.000, cifras que siguen representando un gasto considerable para las familias de ingresos bajos.

Los hogares huilenses sintieron el impacto del alza en servicios de internet y telefonía móvil.

El año en cifras: 5,18% de inflación anual

En los últimos doce meses, la variación anual del IPC fue de 5,18%, una cifra que, aunque inferior a la registrada en 2024, sigue reflejando presiones sobre el costo de vida. Las divisiones con mayor incremento anual fueron restaurantes y hoteles (7,47%), educación (7,29%), bebidas alcohólicas y tabaco (6,38%), alimentos y bebidas no alcohólicas (6,21%) y salud (5,99%).

En el Huila, estos sectores también muestran aumentos constantes. El rubro de educación privada y los servicios universitarios han mantenido incrementos anuales de más del 7%, afectando directamente a los hogares de clase media. Por su parte, el gasto en salud crece a un ritmo similar, impulsado por el costo de medicamentos y servicios no cubiertos por los planes obligatorios.

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El precio del café, producto insignia del sur del departamento, registró un incremento del 52,46% anual, una cifra que beneficia a los productores pero encarece el consumo interno. También se destaca el aumento del gas domiciliario (12,67%), que continúa afectando el presupuesto de los hogares.

Entre las subclases con contribuciones negativas se encuentran las papas (-41,52%), la electricidad (-2,17%), el arroz (-3,30%), los equipos de telefonía móvil (-26,35%) y los alimentos para mascotas (-5,77%), lo que evidencia un alivio parcial para ciertos segmentos del consumo.

Las comidas fuera del hogar continúan encareciéndose y presionando el gasto familiar en la región.

Inflación según niveles de ingreso

El DANE también presentó los resultados por nivel socioeconómico. En septiembre, la inflación mensual fue de 0,26% para los hogares pobres y vulnerables, 0,31% para la clase media y 0,38% para los de mayores ingresos. En el acumulado anual, los más afectados son los hogares de clase media e ingresos altos, con una variación de 5,17% y 5,20%, respectivamente.

En el Huila, esta tendencia se acentúa: los hogares rurales, catalogados como vulnerables, destinan más del 40% de sus ingresos a alimentación, por lo que cualquier aumento en frutas, carnes o servicios básicos impacta de manera desproporcionada. Mientras tanto, los hogares urbanos enfrentan el encarecimiento de los arriendos y los servicios de telecomunicaciones.

Desafíos para el cierre del año

Con el cierre del tercer trimestre, la economía huilense mantiene una inflación controlada, pero con riesgos latentes. El encarecimiento de algunos alimentos básicos, los ajustes tarifarios y la presión sobre los precios de servicios esenciales podrían modificar el panorama hacia finales de año.

Analistas locales señalan que los programas de control de precios y subsidios energéticos deben fortalecerse en los departamentos de menor ingreso per cápita como el Huila. Asimismo, los gremios agrícolas insisten en la necesidad de ampliar los incentivos a la producción frutícola y hortícola, sectores que, pese a los altos costos, siguen siendo vitales para la seguridad alimentaria regional.

La directora del DANE, Piedad Urdinola Contreras, concluyó que el comportamiento del IPC en septiembre “refleja un proceso de estabilización con leves presiones en servicios y alimentos”, pero advirtió que las políticas públicas deberán centrarse en garantizar un equilibrio entre los costos productivos y el poder adquisitivo de los hogares.

En el caso del Huila, ese equilibrio será determinante para el último trimestre del año, en el que los precios del transporte, la energía y los alimentos marcarán la pauta del costo de vida de miles de familias.

El descenso en el precio del tomate y la electricidad ayudó a moderar el índice de precios al consumidor.

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