DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
La otrora diva de la televisión colombiana, Virginia Vallejo, vuelve a ser noticia por el libro que acaba de publicar bajo el título “El Alucinante País Dorado”, catalogado como ficción, pero con historias parecidas a las ocurridas en Colombia y a los relatos que conocemos de su vida real, como periodista, presentadora, actriz y escritora. Este es su segundo libro después de “Amando a Pablo, Odiando a Escobar”, traducido a varios idiomas. Ella le llama al escenario de su segundo libro “Mi propio Macondo”. La historia ocurre en Candelaria, un país con regiones limítrofes iguales a las nuestras, bañado por dos océanos, vecino de Panamá, con políticos de todas las calañas, con familias adineradas y poderosas, nadando en billete y en problemas. Hay muchas más coincidencias con el país que vivimos y con la historia de Virginia, algo así como blanco es, gallina lo pone, frito se come y huevo se llama. El escrito ilustrado con una atractiva foto de portada, acaba de ser colgado en Amazon a un precio relativamente modesto de US$20 dólares. Según Virginia, quien se conserva muy bien a sus 76 años confesados, aunque creo que pueden ser más, “El Alucinante País Dorado” es la primera novela de la Trilogía de Candelaria. La presentación del libro explica que “narra la saga de tres generaciones de una familia poderosa en un país caribeño llamado Candelaria, inspirado en la historia reciente de Colombia”. Es la aventura de amor entre Pedro Montero, fundador del Partido Verde y candidato presidencial, e Isabelle De Luna, la estrella de televisión más famosa del país, y la lucha política de ellos contra el nepotismo y los militares. Tras dos atentados contra sus vidas, Pedro se interna en la selva y desaparece. En los siguientes veinte años, él se convierte en una leyenda como el Che Guevara, y ella en una escritora. El libro está dedicado a la Juez que le concedió asilo político en los Estados Unidos en el año 2010. Virginia vive en un modesto apartamento en Miami, donde dedica su tiempo a escribir y disfrutar en soledad los recuerdos buenos y malos de la película de su vida. Ella quiere que la califiquen hoy como una escritora, con un pasado interesante como profesional, no como la amante de Pablo Escobar. ¿Lo logrará?








