Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Los últimos hechos políticos que se han generado en las últimas semanas, por los enfrentamientos que se han suscitado entre los primeros mandatarios de Colombia y los Estados Unidos, Gustavo Petro Urrego y Donald Trump, respectivamente, por la forma inelegante y anti diplomática que ha propiciado el presidente Colombiano, en la pasada reunión de la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, y que después de su participación lideró una protesta social en una calle de Nueva York con expresiones ofensivas y soberbias contra la institucionalidad norteamericana. Resultado de esta actitud hostil, le cancelaron la visa y desencadenó la renuncia de los visados a los integrantes del gabinete ministerial. Igualmente, la forma unilateral de buscar la terminación del Tratado de Libre Comercio y la cancelación de las líneas flexibles de los créditos otorgados por el Fondo Monetario Internacional, son mensajes inamistosos. Y como si fuera poco, en los trinos presidenciales y en los discursos que ha seguido pronunciando en los diferentes escenarios de acuerdo con la agenda, ha mantenido incansablemente la forma de lanzar dardos al gobierno norteamericano, que cada vez, empieza a ejercer presión para afectar los intereses del país. Considero que esta situación se debe detener.
Se necesita mucha mesura diplomática. Así no se deben manejar las relaciones comerciales y diplomáticas que nuestro país ha tenido con el país más grande del planeta durante doscientos años. Los colombianos aspiran que desde la Casa de Nariño, se cambie el estilo para buscar la forma de recuperar la confianza y el apoyo económico que hemos venido recibiendo desde décadas atrás, para contrarrestar el avance exponencial de las organizaciones narcoterroristas y para desarrollar algunos programas de desarrollo social y económico para algunos segmentos poblacionales. Igualmente, el primer mandatario de los colombianos no se debe inmiscuir en conflictos armados que se están presentando actualmente en otros países y que afecten los intereses norteamericanos. Seamos más proactivos y constructivos.
Nuestro país, actualmente presentan grandes conflictos por la violencia absurda que generan la criminalidad en algunas regiones del país. Tenemos grandes problemáticas en materia de salud, educación, infraestructura, vivienda, extorsiones, masacres, asesinatos selectivos de integrantes de los organismos de seguridad del Estado, secuestros y déficit fiscal abultado, entre otros elementos distorsionadores que afectan la paz y la tranquilidad de las familias colombianas y que el gobierno nacional no les está poniendo la atención adecuada para frenar este ímpetu subversivo y atender todas las demandas sociales insatisfechas, que se están convirtiendo en un verdadero polvorín social.
Ante todo, es importante que el presidente de la República genere ambientes de respeto con el país del Tío Sam. No vuelva a referirse al presidente Trump. Utilice los canales diplomáticos. No se meta en problemas de otros países. Lidere un proceso de articulación de todos los esfuerzos interinstitucionales, para recuperar las buenas relaciones con todos los poderes públicos del país y busque recuperar la confianza y las buenas relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. Esta misión será muy difícil en el corto plazo. Pero como decía el líder chino Mao Zedong:” Para caminar 20 kilómetros, hay que dar el primer paso”. El presidente Petro, lo debe dar, por el bien suyo y por el bienestar de todos los colombianos.
