Comunidad del barrio Kennedy ha recurrido a los medios de comunicación para ser escuchado. Pues los gobiernos pasan y no obtienen soluciones a los temas de ocupación de la caseta comunal, deterioro de la malla vial de su única vía y la ubicación de tres establecimientos de venta de licor, que afecta la seguridad y tranquilidad de los moradores. Pese a las insistentes solicitudes, sus peticiones sienten que no han sido escuchadas.
Por: Francy Villarreal Ruiz.
En diálogo con Diario del Huila, Concepción Cuervo presidenta del barrio Kennedy. Ubicado en la Comuna Cinco de Neiva y fundado hace más de 40 años. En representación de las 390 viviendas que lo conforman, da a conocer la situación que afrontan en materia vial, ocupación de la caseta comunal y la ubicación en la zona de bares y cantinas.
La líder comunal busca llamar la atención del alcalde de Neiva, el gobernador, secretario de vías, gobierno, la dirección de justicia y demás entes responsables, para que entreguen respuestas contundentes frente a las peticiones.

Caseta comunal invadida
Según Concepción Cuervo, la caseta comunal es una de las tres problemáticas que afrontas desde hace cuatro años. Cuando fue invadida por parte de un particular, a quien pese a los esfuerzos mediante peticiones y solicitudes acciones legales, no ha podido ser desalojado.
La presidenta afirma que el predio, que fue declarado como zona o kiosco comunal tras gestiones de presidentes anteriores y una donación. Está ocupado por un señor llamado Jesús Laguna Gómez.
La principal objeción y causal de insistencia de recuperar el predio es porque la comunidad busca que el lugar pueda cumplir con el rol comunitario, de ser usado para un bien común y no particular como se viene haciendo hace cuatro años.
“La idea es poder hacer allí reuniones porque las reuniones las hacemos en la calle. Ocupando una vía que no es muy transitada en ese momento y hacemos las reuniones. También pues porque se necesita para estudios, para que el Sena llegue con cursos, para que cualquier entidad que quiera dictar un curso para más de casa o para niños o para adultos. Nosotros podamos tener un una un espacio para que allí se sientan pues más cómodos y que la comunidad asista”, expone Concepción.
El desalojo ha sido constantemente evitado, frustrando los numerosos procesos iniciados por la comunidad. Que se siente expuesta a un juego «de ping-pong» sin que nadie resuelva la situación.
La situación de la caseta comunal, se ha complicado, ya que el ocupante supuestamente ha presentado escrituras que lo acreditan como propietario.
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Bares y cantinas, dolor de cabeza
De otra parte, la vocera comunitaria, indicó que se convierte en otro dolor de cabeza para los habitantes, la ocupación de inmuebles que funcionan como bares y cantinas que, sin duda, afectan la convivencia y seguridad de los residentes.
Tres cantinas y un bar, ubicadas en una zona barrial, que genera un riesgo para quienes habitan la zona. Según la líder comunal, estos establecimientos han estado operando por más de cinco años y generan un ruido «infernal». Además de la ocupación del espacio público y vías, de quienes llegan a estos lugares en sus vehículos ocupando la única vía que tiene de acceso al sector.
Sumado a los problemas que generan estos estos negocios, que operan incluso sin importar si es festivo, luto, o un día entre semana. También incluyen el ruido y alteración a la convivencia, sin que la policía intervenga a pesar de las llamadas.
“Ya llevan más de 5 años ubicados estos establecimientos. Igual hemos también hecho peticiones, tenemos querellas para que nos colaboren y siempre lo mismo, que llega al San Pedro, que están muy ocupados, que esperen, que esto y lo otro y así sucesivamente siempre. Sabemos de antemano que absolutamente nadie tiene un permiso de suelos para vender licor y mucho menos en barrios residenciales. Pero esta gente allí dice que ellos pagan los impuestos, y que tienen todos los permisos. Y yo me pregunto, ¿será cierto? ¿O de dónde sacan los permisos? Porque aquí llega la Policía y no pasa nada”.

Seguridad y tranquilidad
De otra parte, los riesgos de seguridad y salud para los numerosos niños y adultos mayores del barrio. Con la posibilidad de desatarse problemas tras el consumo de bebidas alcohólicas. La presidenta ha sido ultrajada e incluso amenazada por exigir la cancelación de esta situación.
La comunidad ha radicado peticiones y querellas sin obtener resultados, pues las autoridades siempre presentan excusas o les piden esperar. La presidenta cuestiona si los dueños de los establecimientos realmente tienen los permisos de suelos para vender licor en un barrio residencial, como ellos aseguran.
“Esto nos ha perjudicado por todos lados y formas. Primero en temas de convivencia, segundo por salud y tercero porque eso este tipo de establecimientos, no nos lleva a ninguna parte. Y no hemos encontrado solución de ninguna forma. Llevamos cuatro años en la lucha, y el decir de los propietarios de estos lugares es que, yo no tengo por qué estar pidiendo esto, pidiendo lo otro. Y por pedir esto he sido hasta ultrajada, e incluso hasta amenazada por estar exigiendo algo que no que supuestamente ellos dicen no me corresponde”.

Malla vial en pésimo estado
La tercera problemática, radica en la mala calidad de la única vía de acceso también requiere atención urgente. La presidenta Cuervo atribuye el deterioro al tráfico pesado de las empresas públicas, incluyendo el paso de retroexcavadoras y otros vehículos.
Las gestiones realizadas ante el gerente de las empresas públicas y el ingeniero de infraestructuras han sido infructuosas. La presidenta ha radicado, seis peticiones ante infraestructuras, pero la respuesta ha sido consistentemente la misma por cuatro años: la falta de presupuesto para poder intervenir la malla asfáltica.
El panorama vial se agrava con la circulación de vehículos de carga pesada, que prestan su servicio a la planta de agua que se ubica en la zona, y que opera Las Ceibas Empresas Públicas, motivo por el cual también han tenido que recurrir a dicha entidad para buscar apoyo respecto al tema.
“Hemos recurrido a la gerencia de Las Ceibas Empresas Públicas de Neiva, y el gerente me dice que él no tiene nada que ver con eso. También hemos recurrido al secretario de vías e infraestructuras, pues igual lo mismo que hay que esperar, que no hay que no hay presupuesto”.
La comunidad considera que la vía tiene prioridad, y que les tocará manifestarse a gritos para ser escuchados.

Ausencia del alcalde
Concepción Cuervo manifestó además que, a pesar de las promesas de campaña, el actual alcalde de Neiva, German Casagua Bonilla no ha visitado el barrio Kennedy, “ni siquiera para un saludo”.
“Al alcalde no lo hemos visto en nuestro barrio, ni siquiera para un saludo. Pero en campaña fue, enviaron gente, prometieron como siempre el cielo y la tierra y nunca nos han cumplido. Como presidenta le he solicitado en reuniones para pedirle una cita con su secretaria y la secretaria le he enviado cualquier cantidad de mensajes y no contesta”.
En los casi dos años de gobierno, la presidenta no ha logrado conseguir una cita con él, afirmando que «no se presta para la comunicación». La comunidad, ante la falta de respuesta de las entidades, ha decidido recurrir a los medios de comunicación y la prensa para que sus problemas sean escuchados.

Respuestas de la administración
La comunidad en representación de la líder comunal Concepción Cuervo, compañía del concejal Juan Diego Amaya ayer martes tuvieron una reunión con la Dirección de Justicia, en título de directora de Diana Margarita Morales para establecer concretamente acciones de respuesta a las solicitudes de la comunidad.
Entre las conclusiones quedaron en que el día de hoy miércoles, se le entregará a la comunidad una respuesta a lo que respecta sobre la intervención de bares y cantinas ubicadas en la zona.
Referente a lo de la caseta comunal invadida, según la directora de Justicia, la responsabilidad del caso recae sobre la oficina de catastro, que es quien debe enviar el documento a la Casa de Justicia, para que oficialmente se le notifique al ocupante del predio, y se pueda avanzar en el desalojo del mismo.









