Redacción Web
El anuncio del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la revocatoria de la visa del presidente Gustavo Petro desató un fuerte debate político tanto en Colombia como en Washington. La medida, según se informó, responde a la participación del mandatario en una manifestación pro-palestina en Nueva York, donde pidió a los soldados estadounidenses “desobedecer las órdenes de Trump” y no apuntar contra la humanidad.
La reacción de Petro
La primera respuesta del jefe de Estado llegó a través de su cuenta en X, apenas aterrizó en Bogotá tras asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas. “Llegué a Bogotá y me encuentro que ya no tengo visa a Estados Unidos. Lo que hace el gobierno de Estados Unidos conmigo rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de la ONU y su Asamblea General”, escribió.
Petro fue enfático en señalar que la decisión vulnera principios básicos del derecho internacional. “Hay total inmunidad para los presidentes que asisten a la Asamblea, y el gobierno de Estados Unidos no puede condicionar la opinión”, expresó. Asimismo, aseguró que la sanción, sumada a la negativa de permitir el ingreso de la autoridad palestina, revela que Washington “ya no cumple con el derecho internacional” y planteó que la sede de la ONU debería trasladarse fuera de Nueva York.
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El presidente también defendió su participación en la protesta, argumentando que su llamado fue en contra de lo que denominó un genocidio y que su postura “no depende de Estados Unidos, sino del pueblo colombiano”. Con ironía, añadió que por ahora no volverá a ver al “pato Donald” y que no necesita visa “para asistir a la gran concentración tolimense por la democracia”.

Reacciones en Estados Unidos
La medida fue celebrada por sectores del Congreso estadounidense. La congresista republicana María Elvira Salazar calificó la revocatoria como “más que merecida” y tildó a Petro de “vergüenza internacional”, asegurando que en Nueva York “se le salió su instinto guerrillero en el lugar equivocado”.
En la misma línea, el parlamentario Carlos Jiménez señaló que “Petro no tiene cabida en Estados Unidos. Su patético accionar ha llamado a la violencia contra USA. Colombia se merece un líder mucho mejor”.
Ambas declaraciones reflejan el clima de tensión que ha generado la presencia y el discurso del mandatario colombiano en territorio norteamericano, en medio de la crisis diplomática por su postura frente al conflicto en Medio Oriente.
Voces en Colombia
Dentro del país, la decisión ha generado un fuerte pulso político. La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila respaldó la medida de Washington: “Se fue allá de manera irresponsable a provocar al presidente de Estados Unidos. Yo quiero saber qué haría Petro si eso se lo hiciera un mandatario extranjero aquí en Colombia”.
El expresidente Iván Duque también cuestionó la actitud de Petro, señalando en X: “Ver a un presidente jugar con la dignidad de Colombia y una relación de 200 años con Estados Unidos muestra una conducta irracional”.
Sin embargo, voces del progresismo salieron en defensa del jefe de Estado. El congresista Alejandro Toro (Pacto Histórico) sostuvo: “La legitimidad de Petro se la dio el pueblo colombiano en las urnas, no el gobierno estadounidense. Si el costo por estar del lado correcto de la historia es perder la entrada a EE.UU., es un precio barato”.
Por su parte, el ministro del Interior, Armando Benedetti, fue más duro en sus declaraciones: “Al único que deberían quitarle la visa es a Netanyahu, pero como el imperio lo protege, la coge con el único presidente que se atrevió a decirle la verdad en su cara”.
Antecedentes y contexto
La última vez que un presidente colombiano perdió su visa fue en 1996, cuando Ernesto Samper enfrentó la sanción del gobierno de Bill Clinton por los señalamientos de financiación con dinero del narcotráfico en su campaña. En aquella ocasión, Washington recalcó que la sanción era personal y no contra el Estado colombiano.
El caso actual, sin embargo, ocurre en un contexto distinto: una tensión creciente por la postura de Petro frente a Estados Unidos, Israel y el papel de la ONU en el conflicto en Gaza.
Mientras el mandatario insiste en que se trata de una violación a la inmunidad presidencial y un ataque a la libertad de opinión, la decisión de Washington marca un nuevo capítulo en la relación bilateral y abre un debate sobre los límites de la diplomacia y la protesta política en escenarios internacionales.









