Ernesto Cardoso Camacho
En reciente reunión virtual con el expresidente Uribe, fue indispensable repasar la estrecha relación casi recíproca entre estas dos ciencias sociales. Y digo que casi recíproca, en el entendido que si bien es cierto cada una contribuye eficazmente a mantener el funcionamiento del Estado y de la Sociedad, la política define las orientaciones en el manejo macroeconómico, fiscal, impositivo y de relaciones internacionales que hoy están muy ligadas a la globalización.
Desde luego en este amplio contexto de las relaciones internacionales que hoy se expresan en la globalización; la economía viene jugando un papel protagónico en la disputa del liderazgo por el nuevo orden mundial; donde como estamos viendo hoy, la puja entre Estados Unidos, China, Rusia, India, y la Unión Europea, excluyendo de esta última a la Gran Bretaña; pero donde también los países del cercano y medio oriente tienen su propia importancia así como Japón y Australia, constituyendo así una amplia gama de economías que influyen para bien o para mal en los mercados y en la producción de bienes y servicios dirigidos a las nuevas tecnologías.
No obstante, esta disputa por el liderazgo económico esta claramente influenciada por la política, entendida esta como el vehículo eficaz para generar los consensos democráticos tanto en el interior como en el exterior de cada nación. Y quizás este factor determinante es el que viene generando la evidente crisis del sistema democrático a nivel global, cada vez más amenazado por las dictaduras y autoritarismos que se observan hoy en muchas democracias históricas.
El ejemplo más claro que se percibe lo constituye la apuesta del presidente Trump en su propósito de renegociar e incluso imponer unilateralmente los aranceles en el mercado mundial, en el claro objetivo de recuperar la grandeza del imperio, el cual tiene sin duda alguna, el elemento político centrado en su lucha ideológica contra el llamado progresismo, culpable de propiciar cambios estructurales en la sociedad norteamericana dirigidos hacia destruir los valores fundantes de esa gran nación.
Lo que se observa con suficiente claridad es que en esta fuerte disputa por el liderazgo mundial existen dos factores que subyacen también en el fondo. Son ellos el creciente fenómeno migratorio y la extensión de la pobreza, derivadas principalmente del cambio climático, las luchas fratricidas entre etnias, sectas religiosas y la corrupción política de los gobernantes.
Visto así el panorama es indudable que la política ejerce una muy fuerte influencia sobre la economía. Lo grave del asunto es que los radicalismos ideológicos que han generado una muy fuerte presión polarizante en la opinión ciudadana, le esta abriendo el camino a los populismos de uno y otro lado, con el alto riesgo de desviar la democracia hacia dictaduras y tiranías donde el ciudadano termina perdiendo el valor sagrado de la libertad.
Volviendo al encuentro virtual con el expresidente Uribe, este ha llamado la atención a sus seguidores, especialmente de quienes tenemos responsabilidades de dirección política en su partido CD; para evitar principalmente la división que fractura y disminuye las posibilidades electorales, cuando lo lógico y sensato es aglutinar y unir dejando de lado los personalismos y mezquindades.
Al tiempo, propiciar un discurso pedagógico que en vez de agudizar la polarización existente invite al ciudadano a entender lo que esta en juego en la actual coyuntura nacional, pues se trata es de proteger el sistema democrático, defender las instituciones y elegir un gobierno que ofrezca seguridad democrática y crecimiento económico que propicie la inversión social, con un Estado austero y eficiente que sea capaz de combatir radicalmente la corrupción y garantice los derechos sociales esenciales como la justicia, el orden y la sana convivencia que nos conduzca a la paz.
Fue claro y enfático en reiterar que siendo tan difíciles las circunstancias que hoy vive la nación colombiana, al petrismo no se le derrotará con estribillos y vociferaciones, si no con el discurso claro, pedagógico y convincente, el cual deberá ser usado por los aspirantes a la Cámara y al senado así como por los demás actores políticos que concurramos en este esfuerzo.
En conclusión, la claridad meridiana que caracteriza al expresidente así como su aguda intuición para leer bien los escenarios sociales, ha señalado con precisión como debe hacerse la tarea. En el sistema democrático, las elecciones se ganan con votos conseguidos con trabajo, discurso y organización; pero además con estrategia que supere los pequeños intereses y permita la fortaleza de la unidad.
La economía es muy importante, pero a la democracia la sostienen los políticos a través de los partidos. Los apoyos financieros son necesarios, aunque no deberían condicionar las decisiones políticas. Finalmente es el ciudadano de la base popular el que gana o pierde y por tanto quien tiene la palabra decisoria.
