El Presupuesto General de la Nación, estimado en $556,9 billones, se encuentra en el centro de un debate político y técnico. Según la oposición, el proyecto depende de una reforma tributaria incierta y abre la puerta a endeudamiento oculto, mientras deja en riesgo sectores clave como la salud y la educación.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
En las Comisiones Conjuntas del Senado avanza el debate sobre el Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2026, cuyo monto asciende a $556,9 billones. De acuerdo con el Gobierno, este plan busca garantizar la estabilidad de las finanzas públicas y sostener el nuevo modelo social del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, desde distintos sectores del Congreso y de la academia se lanzaron alertas sobre los riesgos que encierra el proyecto.
Críticas desde el Senado
El 11 de septiembre, durante la discusión, el senador Enrique Cabrales, presidente de la Comisión Cuarta, fue uno de los más fuertes críticos. Para el congresista, la propuesta compromete la sostenibilidad fiscal del país y depende de una reforma tributaria “nefasta” que, según él, busca imponerse sin consenso.
“El Gobierno pretende imponer el presupuesto por decreto, pero desde la bancada del Centro Democrático discutimos con argumentos. El monto presentado compromete la sostenibilidad fiscal y depende de una reforma tributaria nefasta. No voy a permitir que el presidente Petro haga lo que quiera con los recursos de los colombianos”, afirmó Cabrales.
El legislador advirtió que seis artículos del proyecto son especialmente preocupantes:
- Artículo 8 (TES Clase B): amplía el endeudamiento sin tocar el techo de deuda, lo que equivaldría a crear “deuda escondida”.
- Artículo 10 (Transferencia temporal de valores): faculta al Ejecutivo a mover recursos de caja sin autorización legislativa.
- Artículo 19 (Redistribución de partidas): otorga al Gobierno la capacidad de reasignar recursos de manera discrecional.
- Artículos 42 y 95 (Fonpet y Fomag): trasladan recursos territoriales a pasivos pensionales.
- Artículo 88 (Vigencias futuras en transporte): pone en riesgo proyectos estratégicos de infraestructura.
- Artículo 95 (Reintegro SGP al Fonpet): reduce recursos inmediatos de educación y salud en municipios y departamentos.
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Para Cabrales, estas disposiciones, en conjunto, implican mayor deuda, menos recursos para hospitales y escuelas, retrasos en infraestructura y un debilitamiento del control del Congreso.
“Seguimos insistiendo en reducir el presupuesto en $26,3 billones, porque la plata de los colombianos debe manejarse con rigor y no con trampas fiscales”, concluyó el senador.
Costos ocultos en el presupuesto
Más allá de la arena política, expertos advierten que el impacto del presupuesto se sentirá directamente en los hogares y en las finanzas personales de los colombianos.
Un análisis de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, reveló que el 91,4% de los $556,9 billones ya está comprometido en pensiones, transferencias, salud y salarios, lo que deja muy poco margen para inversión nueva o programas sociales.
El decano Julio Enrique Duarte explicó que el plan gubernamental presenta tres grandes limitaciones: depende de una tributaria de $26,3 billones difícil de aprobar, arrastra un hueco de $12 billones sin financiación clara y destina $70,7 billones solo al pago de intereses de deuda. “Si la tributaria no recauda lo esperado, el ajuste será inevitable: o se recortan gastos o se asume más deuda. Aquí no hay salidas fáciles”, puntualizó.
Los más golpeados, según el estudio, serían las familias y las mipymes, que ya enfrentan altos costos de crédito y menor dinamismo económico.
Tres escenarios posibles
El informe plantea un “semáforo” sobre los impactos del presupuesto según el desenlace de la reforma tributaria:
- Escenario verde: si se aprueba en su totalidad, el déficit bajaría a 3,5% del PIB y la deuda se estabilizaría en 63%. Con ello, habría menor presión sobre subsidios y tarifas, y el dólar y la inflación tenderían a estabilizarse.
- Escenario amarillo: si se aprueba parcialmente, el déficit subiría a 4,7% y la deuda a 65%. Habría recortes por $13 billones, menor inversión en obras regionales y crédito aún costoso.
- Escenario rojo: sin reforma, el déficit superaría 5,5% y la deuda se ubicaría en 67%. El Gobierno tendría que recortar hasta $26 billones o endeudarse más, con impactos inmediatos en subsidios, tarifas de servicios, combustibles y menor obra pública.
Lo que está en juego
La discusión no solo gira en torno a cifras macroeconómicas, sino también al impacto en la vida cotidiana de los colombianos. Un presupuesto mal financiado puede significar menos recursos para hospitales y colegios, recortes en subsidios de energía o transporte y encarecimiento de los créditos.
El Congreso ahora tiene la responsabilidad de revisar con lupa el proyecto, en medio de un ambiente político polarizado y con el reloj en contra para definir la hoja de ruta fiscal del próximo año.

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