Con cadenas y candados, padres de familia y estudiantes de la Institución Educativa Jairo Morera Lizcano cerraron todas las sedes del plantel, impidiendo el ingreso de directivos, funcionarios y docentes.
La comunidad educativa decidió entrar en paro indefinido, presionando a la administración municipal para que atienda un pliego de peticiones que califican como urgentes.
El malestar no es nuevo. Según los manifestantes, las instituciones enfrentan una seria carencia de personal administrativo, pagador, personal de aseo y vigilancia. A esto se suma la falta de obras básicas: encerramientos, adecuación y dotación de la cocina de la sede Guillermo Liévano para garantizar comida caliente, instalación de cielorrasos, ventiladores o aires acondicionados, laboratorios y mobiliario.
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La indignación crece aún más en la sede Panorama, donde palomas y murciélagos han invadido el espacio escolar. Su presencia, advierten, compromete la salubridad debido a los excrementos acumulados, lo que pone en riesgo la salud de estudiantes y docentes.
Frente a este panorama, padres y alumnos insisten en que no levantarán el paro hasta que la administración local dé respuestas concretas y destine inversiones inmediatas para mejorar la infraestructura y las condiciones de estudio.
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