Un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos determinó que una porción significativa de los aranceles globales impuestos por el presidente Donald Trump es ilegal, en un fallo que supone un duro golpe a su política proteccionista y que podría tener repercusiones económicas y diplomáticas. La decisión, adoptada por una mayoría de 7 a 4, confirma una sentencia previa del Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos emitida en mayo, que señalaba que Trump había excedido su autoridad al imponer gravámenes de alcance general.
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El fallo no tendrá efecto inmediato, ya que la ejecución de la sentencia fue suspendida hasta el 14 de octubre para permitir la presentación de recursos ante la Corte Suprema. Hasta esa fecha, los aranceles en disputa seguirán vigentes, variando entre el 10 % y el 50 %, como los que el presidente ha venido aplicando desde su retorno a la Casa Blanca en enero.

Herramientas políticas
Estos aranceles, de carácter global y no limitados a sectores específicos como el automotor, el acero, el aluminio o el cobre, han sido una de las principales herramientas de la política económica de Trump, quien sostiene que son fundamentales para proteger la industria y la seguridad nacional de Estados Unidos.
Tras conocerse la decisión, Trump reaccionó a través de su plataforma Truth Social, calificando el fallo de “altamente politizado” e “incorrecto”. “¡TODOS LOS ARANCELES SIGUEN VIGENTES!”, afirmó, al tiempo que anunció su intención de acudir a la Corte Suprema para revertir la decisión. “Ahora, con la ayuda de la Corte Suprema de Estados Unidos, los utilizaremos al servicio de nuestro país”, señaló, advirtiendo que eliminar estos gravámenes sería “una catástrofe total para el país, que quedaría destruido”.
Amenaza a los intereses estratégicos
Funcionarios de su administración reforzaron este mensaje poco antes del fallo. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, advirtió en un escrito que declarar ilegales los aranceles globales “amenazaría intereses estratégicos más amplios de Estados Unidos tanto en el país como en el extranjero, probablemente conduciría a represalias y al desmantelamiento de acuerdos consensuados por socios comerciales extranjeros”. Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sostuvo que suspenderlos “conduciría a una peligrosa vergüenza diplomática”.
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Si la Corte Suprema confirma la ilegalidad de estas medidas, se abriría la puerta para que empresas afectadas busquen reembolsos por los pagos realizados bajo estas tarifas. Entretanto, el fallo representa un revés importante para Trump, cuya estrategia comercial basada en aranceles ha sido un pilar de su actual mandato y una de sus principales banderas políticas desde su retorno a la presidencia.









