El gobierno de Nicolás Maduro adoptó nuevas medidas de control interno mientras crece la tensión con Estados Unidos en el Caribe.
A través de una resolución publicada en la Gaceta Oficial, el Ministerio de Transporte de Venezuela anunció la suspensión, por un periodo inicial de 30 días prorrogables, de toda actividad relacionada con aeronaves pilotadas a distancia (RPA), incluidos drones y aeromodelos.
La disposición, vigente desde el 18 de agosto, abarca la compra, venta, importación, distribución, capacitación y operación de estos equipos. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) quedó encargado de vigilar su cumplimiento y de resolver cualquier situación no contemplada en la norma.
La prohibición se suma al anuncio realizado un día antes por Nicolás Maduro, quien ordenó el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el territorio nacional. Según el mandatario, esta movilización forma parte de un “plan de paz” orientado a fortalecer la presencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en distintos sectores del país.
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Sin embargo, la decisión se produjo en un momento de alta tensión regional, tras el envío de tres buques de guerra estadounidenses con 4.000 soldados, principalmente infantes de Marina, hacia aguas del Caribe. La operación, confirmada por el Pentágono y citada inicialmente por la cadena CNN, busca intensificar la lucha contra el narcotráfico en Latinoamérica, con un foco especial en Venezuela.
Estados Unidos advirtió que está dispuesto a “usar todo su poder” para frenar las redes de tráfico de drogas vinculadas a figuras del régimen venezolano. El Departamento de Justicia recordó, además, que la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro fue elevada recientemente a 50 millones de dólares.
En respuesta, el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, aseguró que las autoridades venezolanas también mantienen un despliegue en aguas jurisdiccionales, como parte de la estrategia defensiva frente a la presencia militar estadounidense.
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