ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Los designios de Dios son inescrutables. La gran solidaridad que despertó el cruel atentado criminal contra Miguel Uribe; el esfuerzo científico de los neurocirujanos y de la clínica Santafe; pero sobre todo la extensa cadena de oración por su vida y recuperación, resultaron insuficientes ante la voluntad divina.
Hoy la triste realidad es que su alma descansa en paz dejando un dolor intenso en su hijo Alejandro, en su esposa Claudia, en su padre y hermanas; así como en millones de colombianos que a raíz de la tragedia pudieron conocer mejor el perfil de una promesa de las nuevas generaciones de la política; sensible, sencillo, multifacético, disciplinado y con grandes capacidades avaladas por su excelente preparación académica.
El recuerdo vivido con la tragedia de su madre Diana Turbay asesinada por el narcotráfico hizo más dramático el atentado y su desenlace final, pues ahora su hijo Alejandro nos condujo al recuerdo que Miguel tuvo que vivir hace tantos años, como una película que revela la gran tragedia colombiana. Huérfanos e hijos sin padres o madres por la persistente y perversa violencia fratricida, alimentada por la codicia y el deseo de poder.
Para mayor desgracia, la sangre inocente de Miguel que debería contribuir a que cesen la polarización y la violencia; aclimatando esperanzas de paz y de reconciliación; al parecer y por el contrario tienden a ser incrementadas por el lenguaje pendenciero del presidente y de algunos de sus altos funcionarios y seguidores que se multiplican velozmente en las redes sociales donde se respira insensatez y provocación.
En una democracia que se precie de serlo el mandatario tiene la ineludible obligación de convocar al diálogo civilizado y edificante que genere consensos, pues no debe olvidarse que estamos regidos por un Estado Social de Derecho en el cual la figura presidencial representa la unidad de la Nación. Pero claro, es también necesario que, sin renunciar al sagrado derecho de ejercer la contradicción ideológica y política, los voceros de la oposición también deben plantear sus convicciones, principios y valores con un lenguaje firme y sin claudicaciones, pero evitando escalar la confrontación verbal. Sin embargo, la cuestionada condena y privación de la libertad del expresidente Uribe es un elemento transversal que ojalá sea superado con el fallo de la segunda instancia.
A propósito del indiscutible liderazgo del expresidente y ante la dolorosa realidad provocada por el asesinato de Miguel; la decisión adoptada en el sentido de activar la campaña de los cuatro precandidatos que se dirimirá en una encuesta que realizará una reconocida firma especializada internacional; permite consignar algunas apreciaciones, en el claro entendido que por la militancia del suscrito y la condición de directorista departamental del Centro Democrático, se formulan con carácter personal y desde luego sin comprometer a los demás integrantes de dicha dirección.
La premura del tiempo es quizá la mayor razón para escoger el candidato luego de intentar sin éxito un consenso entre los precandidatos. La encuesta a cargo de una firma especializada en la materia y de carácter internacional, garantiza, en principio, transparencia, aunque la metodología técnica de la misma deberá ser consensuada y podría demorar su oportuna y rápida implementación.
Será entonces indispensable que exista un serio pacto entre los precandidatos para que, durante su respectivo proselitismo al interior del partido, no altere las reglas de juego existentes en los estatutos para que se respete la autonomía de los Directorios Departamentales en la elaboración de las listas de Cámara en cada depto, pacto que debería ser monitoreado por la Dirección Nacional, garantizando absoluta independencia e imparcialidad.
En relación con la lista de Senado será compleja su elaboración por parte del presidente Uribe, pues existen diversas aspiraciones regionales que seguramente no podrán ser armonizadas y posiblemente ello genere inconformidades que a su turno afectarán los temas de Cámara regionales. Pero quizá la mayor dificultad para los procesos internos del partido CD, en relación con los precandidatos presidenciales, podría ser el tema de la inseguridad, así como el no llegar a contar con el apoyo visible del expresidente Uribe si su libertad sigue restringida, a lo que claramente le apuesta el gobierno. En las listas de Cámara se visualizan serias dificultades en algunas regiones como la nuestra, pues es evidente que solamente han mencionado su interés de participar dos reconocidos militantes y además dado que el alto umbral requerido para obtener la curul se observa muy difícil de obtener, lo que exigiría recurrir a un candidato fuerte de otro sector político afín que desde luego tendría que convertirse previamente en militante del partido.
De esta manera el panorama electoral que ya entra en su recta final tanto para marzo como para mayo, se percibe muy intenso, rodeado de incertidumbre, con serias amenazas de las bandas criminales en muchos territorios; y en una confrontación muy polarizada en la cual el gobierno pareciera tener ciertas ventajas, pues claramente le apuesta a consolidar su representación en el Congreso y a ser decisivo en la segunda vuelta.
Que el alma vigilante e inspiradora de Miguel en la eternidad, ilumine los corazones y las mentes de los colombianos para que se restablezcan el orden, la justicia, la seguridad; valores fundantes de nuestra institucionalidad republicana, así como para poder seguir viviendo en democracia y libertad.








