La crisis del sistema de salud en Colombia está llevando a que más ciudadanos asuman de su bolsillo gastos que antes cubría el Estado. Un estudio de Kantar IBOPE Media revela que la salud ya no es solo una preocupación médica, sino una inversión prioritaria, con creciente interés en la medicina alternativa y hábitos de autocuidado.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
En Colombia, la salud está dejando de ser vista únicamente como un asunto médico para convertirse en una prioridad económica y cultural. Las demoras en la asignación de citas, las dificultades en el acceso a medicamentos y la crisis estructural del sistema han llevado a que cada vez más ciudadanos destinen dinero de su propio bolsillo para costear productos y servicios que antes cubría el sistema público.
Este cambio en la percepción y el manejo del bienestar personal ha sido documentado en el estudio TGI Target Group Index 2024 R2 de Kantar IBOPE Media. El informe destaca que la población está transformando sus hábitos de autocuidado, prevención y bienestar, con un marcado interés en la medicina alternativa y, al mismo tiempo, una preocupante tendencia a aplazar la atención médica.
Disposición a invertir en salud
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que el 75 % de los encuestados está dispuesto a pagar lo necesario para cuidar su salud. Esta disposición aumenta con la edad: entre los 35 y 45 años llega al 78 %, entre los 45 y 54 años sube al 79 % y entre los 55 y 64 años alcanza el 80 %.
Para los expertos de Kantar, estos datos reflejan un cambio profundo en la forma en que los colombianos conciben el bienestar: la salud deja de ser un gasto ocasional y pasa a ser una inversión constante y prioritaria. Carolina Ibargüen, CEO de Kantar IBOPE Media Colombia y Ecuador, señala que “los datos sobre salud nos ayudan a comprender profundamente cómo se relacionan las personas con el autocuidado. Estos hallazgos son clave para que marcas, instituciones y medios generen conexiones auténticas desde la prevención, el bienestar y los estilos de vida saludables”.
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Diferencias generacionales en el cuidado personal
El estudio también evidencia marcadas diferencias en los hábitos de salud entre generaciones. Las personas mayores de 55 a 64 años muestran una cultura consolidada de autocuidado, realizando chequeos médicos de forma regular. En contraste, los jóvenes entre 25 y 34 años, aunque son los más activos físicamente (el 81 % practica ejercicio con frecuencia), son también quienes más retrasan la atención médica: el 67 % solo acude al médico cuando ya presenta síntomas graves.
Este patrón generacional sugiere que, aunque la actividad física es alta en las edades más jóvenes, la prevención médica formal todavía no ocupa un lugar central en sus rutinas, lo que podría tener consecuencias a mediano plazo.
Creciente interés en la medicina alternativa
Otro de los fenómenos que revela la investigación es la confianza creciente en terapias no convencionales. El 58 % de las personas entre 35 y 44 años se inclina por tratamientos distintos a la medicina tradicional. Entre los 25 y 34 años, el 56 % confía en la homeopatía, y en el grupo de 45 a 54 años, el 53 % utiliza remedios caseros con frecuencia.
Esta tendencia podría estar relacionada tanto con una búsqueda de opciones más personalizadas y menos invasivas, como con la percepción de que el sistema de salud formal no siempre responde de manera oportuna o satisfactoria.

Impacto en el sistema y gasto de bolsillo
La inclinación a gastar más en salud se refleja también en el aumento de la contratación de medicina prepagada y seguros privados. Esto indica que una parte de la población busca alternativas al sistema público, posiblemente motivada por la insatisfacción con los servicios actuales.
Este cambio, sin embargo, tiene implicaciones en la dinámica del gasto de bolsillo. Aunque el acceso a planes privados puede mejorar la oportunidad en la atención, también implica un mayor desembolso mensual y puede profundizar desigualdades en el acceso a la salud.
A mediano y largo plazo, se proyecta que el gasto per cápita en salud crecerá significativamente, impulsado por el envejecimiento poblacional, el aumento de las enfermedades crónicas y el avance tecnológico en tratamientos y diagnósticos. La sostenibilidad del sistema dependerá, en buena medida, de que las políticas públicas logren ampliar la cobertura, mejorar la eficiencia y reducir la presión sobre el gasto privado.
Hacia un enfoque preventivo
Los resultados del estudio de Kantar apuntan a una conclusión clara: es necesario que el sistema de salud colombiano reoriente sus estrategias, pasando de un modelo centrado en la curación de enfermedades a uno que priorice la prevención y el fortalecimiento de hábitos saludables.
Esto implica campañas de educación en salud que promuevan chequeos regulares, un acceso más ágil a especialistas y medicamentos, y una mayor integración de las terapias alternativas bajo parámetros de seguridad y evidencia científica.
En un contexto en el que los ciudadanos están más dispuestos que nunca a invertir en su bienestar, la oportunidad para articular esfuerzos entre el sector público, el privado y la sociedad civil es clave. Si bien la tendencia actual muestra un creciente compromiso individual con la salud, la meta debe ser garantizar que esa inversión personal complemente —y no sustituya— un sistema sólido, accesible y eficiente para todos los colombianos.

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