La firma del acuerdo entre el Gobierno Nacional y los productores de arroz parecía cerrar un capítulo de bloqueos y protestas, pero una nueva disputa amenaza con revivir el conflicto: los molineros no estarían comprando el grano al precio mínimo acordado.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
Apenas una semana después de que el Gobierno Nacional y los arroceros del país sellaran un acuerdo para levantar el paro que mantuvo bloqueadas varias vías del país durante 11 días, una nueva crisis ha estallado. Esta vez, los protagonistas son los industriales molineros, quienes estarían evadiendo el cumplimiento del precio mínimo de compra fijado en la Resolución 0241 del Ministerio de Agricultura.
La mencionada resolución estableció precios mínimos para la compra de arroz paddy verde por regiones. Por ejemplo, en los Llanos el precio mínimo fue fijado en $1’457.387 por tonelada, mientras que en la zona Centro asciende a $1’589.489. Sin embargo, denuncias de cultivadores como Óscar Ochoa, productor en el Ariari (Meta), indican que los molineros estarían aplicando condiciones restrictivas que les permiten esquivar esta normativa.
«Hoy, quienes no tenemos cartera con los molinos no tenemos quién nos reciba la cosecha», afirmó Ochoa.
Según el productor, los industriales estarían recibiendo el arroz únicamente de aquellos agricultores que tienen deudas previas con ellos, en un esquema de crédito por insumos que a menudo se otorgan con sobrecostos. Para los demás, simplemente no hay cupo. Además, quienes logran entregar su producto deben hacerlo bajo un modelo de secamiento y almacenamiento, en el cual el pago final se define hasta 60 días después, y no hay certeza sobre el precio final.
¿Una jugada para eludir la resolución?
En palabras del agricultor, los molineros estarían aprovechando vacíos en la implementación del acuerdo para imponer nuevas reglas que les permitan seguir operando bajo sus propios términos. Por ejemplo, están recibiendo el arroz paddy verde únicamente para almacenarlo y secarlo, cobrando $120.000 por el secado y $36.000 más IVA por cada mes de almacenamiento. Luego, pagarían el arroz ya convertido en paddy seco, cuyo precio dependería de la evolución del mercado, no del precio mínimo fijado en la resolución.
«Todos los molineros entraron en el mismo juego. Si no estás endeudado con ellos, simplemente no tienes a quién venderle tu arroz», reiteró Ochoa.
Incluso la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), que también maneja algunos molinos, estaría aplicando estas condiciones, según lo señalado por los productores.
Los argumentos de los molineros
Aunque hasta ahora ni la Cámara de Industriales del Arroz (Induarroz) ni empresas como el Grupo Diana han respondido públicamente a estas acusaciones, previamente los industriales advirtieron que el acuerdo con el Gobierno podría tener consecuencias negativas: aumento en la inflación, sobreoferta del grano y pérdida de competitividad frente a las importaciones.
En este sentido, el sector industrial prevé un agravamiento del problema estructural del arroz colombiano, especialmente si no se controla el aumento en las siembras y no se toman medidas para evitar un nuevo desbalance entre oferta y demanda.
Le puede interesar: Creció el número de visitantes extranjeros en Colombia

Inventarios elevados y precios a la baja
Según datos del Ministerio de Agricultura, en junio de 2025 los inventarios de arroz paddy seco superaron en 57,7 % el promedio histórico entre 2015 y 2024, alcanzando las 534.940 toneladas. Este exceso ha presionado aún más los precios a la baja.
Entre enero y diciembre de 2024, el precio del arroz paddy verde cayó 11,8 % en términos reales. En los primeros seis meses de 2025 se ha mantenido estable, con un valor promedio de $1’422.482 por tonelada. Mientras tanto, los costos de producción han seguido al alza. Insumos, agua, logística y arrendamientos subieron en promedio 1,7 % en comparación con el primer semestre del año anterior, según la Unidad de Planeación Rural Agropecuaria (UPRA).
¿Y ahora qué?
El nuevo conflicto reabre las heridas del sector arrocero, que sigue dividido entre productores que apuestan por una negociación colectiva y molineros que reclaman libertad de mercado. El Ministerio de Agricultura, que logró un acuerdo aparentemente exitoso hace apenas unos días, ahora tiene un nuevo frente abierto que podría revivir las tensiones.
Por ahora, cientos de arroceros en regiones como Meta, Huila, Tolima, Casanare y los Santanderes, enfrentan el riesgo de perder sus cosechas por no tener a quién vender su producto bajo condiciones justas y acordes al reciente pacto.

Puede leer: Desempleo en Neiva aumentó en junio pese a mejora nacional









