El consumo en junio de 2025 creció 5,3 % en términos reales, una cifra no vista desde 2023. Menor inflación, acceso al crédito y mejora laboral impulsan el repunte, aunque persisten desafíos.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
El consumo de los hogares colombianos, uno de los principales motores de la economía, volvió a mostrar cifras alentadoras. De acuerdo con el más reciente informe de Raddar, en junio de 2025 el gasto total de los hogares alcanzó los $93,7 billones, lo que representa un crecimiento del 10,38 % en términos corrientes y un 5,3 % en términos reales frente al mismo mes del año anterior. Esta última cifra es especialmente significativa, ya que contrasta con la contracción del -1,9 % registrada en junio de 2024, y marca el mayor crecimiento real en los últimos dos años.
El repunte sugiere un cambio de tendencia tras un periodo prolongado de enfriamiento del consumo y está siendo impulsado por factores como la recuperación de la confianza del consumidor, una inflación más controlada, el efecto estacional de mitad de año, mayor acceso al crédito y señales de mejoría en el mercado laboral.
Condiciones macroeconómicas más favorables
La consolidación de un contexto macroeconómico menos presionado ha sido clave para esta recuperación. Por ejemplo, la tasa de desocupación cayó 1,6 puntos porcentuales en el trimestre móvil marzo-mayo, lo que se traduce en más ingresos disponibles en los hogares. Asimismo, la llegada de la prima de mitad de año y la dinámica propia de la temporada vacacional han influido positivamente.
Uno de los motores principales de este nuevo dinamismo es el crédito. Sumando las modalidades de tarjeta de crédito, libre inversión e hipotecario, el crecimiento anual fue de 27,9 %, con el crédito de consumo liderando con una expansión del 34,4 %. Este apalancamiento financiero ha facilitado la adquisición de bienes y servicios, permitiendo a los hogares ampliar su capacidad de compra.
Además, el salario mínimo real vigente aumentó 4,47 % en términos de capacidad adquisitiva, aunque los ingresos por ocupado presentaron una leve contracción del -2,3 %, lo que muestra que, si bien hay mayor margen de gasto para algunos sectores, otros aún enfrentan restricciones.
Más unidades, no solo más dinero
Una de las señales más alentadoras es que el gasto real superó por primera vez en tres años a la inflación. Esto quiere decir que los hogares no solo están destinando más dinero al consumo, sino que están adquiriendo mayores volúmenes de productos. Según Raddar, más del 30 % del incremento en el gasto en dinero durante el primer semestre de 2025 se debe al aumento en unidades compradas.
Este fenómeno ha sido especialmente evidente en las ciudades intermedias, donde la menor presión inflacionaria ha permitido diversificar el gasto hacia rubros no esenciales como moda, entretenimiento o comidas fuera del hogar. La reactivación de eventos culturales, ferias y festivales también ha estimulado el consumo en estas zonas.
Las ciudades intermedias habrían contribuido con cerca del 40 % del aumento total en el gasto durante el primer semestre, superando incluso a los grandes centros urbanos. Esta dinámica contrasta con los años anteriores, cuando el alza sostenida de precios limitó el poder adquisitivo y frenó el consumo real.
Alimentación pierde peso en el gasto familiar
El gasto en alimentos, históricamente el rubro más pesado en el presupuesto familiar, perdió participación en junio. Productos como leche, huevos y papa vieron una reducción en la asignación de recursos por parte de los hogares. Este comportamiento se explica, en parte, por la caída de precios debido a una mayor oferta, especialmente en tubérculos producidos en el altiplano cundiboyacense.
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La disminución relativa del gasto en alimentación liberó recursos para otros rubros. Canastas relacionadas con bienestar y disfrute, como ropa, entretenimiento o comidas en restaurantes, ganaron participación, mostrando un cambio de hábitos de consumo y una mayor propensión a gastar en experiencias.
Presión de precios en vivienda
No obstante, el gasto en vivienda sigue siendo una carga importante. En ciudades intermedias, el aumento en servicios públicos como gas y acueducto ha impactado el presupuesto de los hogares. En tanto, en las principales ciudades, los incrementos en arriendos continúan siendo una fuente de presión económica.
Perspectivas
El comportamiento del gasto en el primer semestre de 2025 marca un punto de inflexión tras años de desaceleración. El crecimiento real positivo evidencia una recuperación en la capacidad de compra, apalancada por menores precios, mayor crédito y más empleo. Sin embargo, desafíos estructurales como la fragilidad de los ingresos laborales y la presión en rubros esenciales, como vivienda, aún podrían condicionar el ritmo de expansión en lo que resta del año.
En síntesis, el consumo privado colombiano muestra señales claras de recuperación, con una composición más diversificada y un mayor volumen de bienes adquiridos. Las ciudades intermedias, antes rezagadas, ahora lideran esta reactivación. Aun así, el entorno económico requiere atención para consolidar estos avances y garantizar que la mejora llegue a todos los segmentos de la población.

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