Nuevamente el gobierno nacional promulga otro decretazo con el fin de desviar la atención de la opinión pública sobre la grave crisis social y económica que están presentando todos los agentes económicos del país, y que se ha ahondado transitoriamente por el paro de los arroceros, que tienen semiparalizado a la mitad de los departamentos por los detestables bloqueos que impiden la libre movilización vehicular y el transporte de los bienes y servicios. Todos conocemos las intenciones maquiavélicas que se gestan al interior de la Casa de Nariño. A través del Decreto 0799 del 9 de julio de 2025, expedido por el Ministerio de Justicia bajo la dirección de Eduardo Montealegre, enfrenta críticas por presunta inconstitucionalidad, porque establece que las tutelas contra el presidente de la República ya no serán competencia exclusiva del Consejo de Estado y puedan ser conocidas por jueces de circuito. Con este cambio implica que el Ejecutivo está alterando competencias judiciales a través de un reglamento, lo que contraría los artículos 228 y 229 de la Constitución, que disponen que dichas competencias deben establecerse por ley y no mediante decreto.
Igualmente, el presidente del Consejo de Estado, Luis Alberto Álvarez, ha expresado que el decreto firmado por el presidente Gustavo Petro Urrego le quita la exclusividad a esa corporación para revisar tutelas en su contra. No cumple con lo establecido en la Ley 1437 de 2011. Según el magistrado, la norma exige que la Sala de Consulta y Servicio Civil sea escuchada previamente cuando se trata de disposiciones que afectan la organización o funciones del Consejo. Este Decretazo tampoco guarda la armonía necesaria para responder a las exigencias del país. Algo absurdo traído del universo de las estrellas y que en Colombia no tiene aplicación legal. Así, se le van a obstruir las aspiraciones del próximo Decretazo que va a promulgar para convocar la Asamblea Nacional Constituyente que le permita consolidarse como Dictador y así, destruir las ramas del poder público, con el fin de estructurar una nueva Constitución que solo le sirva a sus áulicos para perpetuarse en el poder como ocurre en Venezuela.
Mientras el país, sigue al garete, porque no encuentra la suficiente autoridad para controlar el avance del narcoterrorismo y las masivas protestas sociales, que cada vez se están presentando en las regiones del país, por el incumplimiento de las promesas gubernamentales y que tienen como caldo de cultivo, la generación de los detestables taponamientos en todas las ciudades y vías principales que conectan toda la movilización y el transporte de bienes y servicios. Estas vías de hecho desesperantes provocados por los arroceros, les van a pasar factura de cobro en las próximas elecciones. Sería interesante que los aspirantes de los movimientos políticos afectos al ejecutivo vayan a buscar los votos para sus candidaturas. La respuesta automática será de un rechazo total.
