El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un giro en su estrategia respecto al conflicto en Ucrania: anunció el envío de misiles Patriot al país eslavo, mientras endurece su discurso hacia Vladimir Putin tras la negativa del líder ruso de detener los ataques a objetivos civiles. Este cambio marca el distanciamiento de su anterior línea conciliadora, basada en acercamientos con Moscú.
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Luego de iniciar su segundo mandato promoviendo negociaciones directas entre Putin y Zelensky, sin presionar por cese al fuego, Trump abandonó esa postura frente al avance ruso y la persistente ofensiva aérea. En consecuencia, ordenó reanudar el envío de asistencia militar a Kiev, revirtiendo la breve suspensión de envíos defensivos realizada por el Pentágono.
En declaraciones ante la prensa, Trump criticó indirectamente al presidente ruso, calificando sus declaraciones como “tonterías” y reiterando que “no está contento” con Putin debido al impacto sobre la población civil. Además, ordenó reforzar la ayuda defensiva a Ucrania para limitar la capacidad ofensiva aérea rusa.
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Este cambio de rumbo coincide con una agresión intensificada por parte de Rusia, que respondió con uno de los mayores ataques aéreos desde 2022, empleando drones y misiles en amplios sectores ucranianos. El reforzamiento militar anunciado por Trump llega tras la llamada de Zelensky, quien solicitó asistencia para fortalecer la defensa aérea del país.
