Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Dicen que las fiestas, carnavales o ferias, pueden ser calificadas como buenas o malas, dependiendo de cómo le haya ido a quien las critica, y yo creo que es cierto, porque cuando uno conversa con las diferentes personas, allí es donde uno se da cuenta de los disímiles conceptos, calificaciones, quejas o aplausos.
Hay una fuente de opinión interesante que es la de los taxistas, quienes argumentan en su mayoría que este San Pedro no se movió como otros años, que todo se activó a partir del desfile de la llegada de las candidatas al reinado nacional del bambuco, pero también uno que otro dice que, desde el puente festivo del 21, 22 y 23 de junio, la dinámica económica del municipio se activó y se sintió que las fiestas cumplían con uno de sus propósitos, generar actividad monetaria.
Los comerciantes en su mayoría expresan que esperaban mejores resultados, pero los del sector de los restaurantes se sienten satisfechos porque lograron ventas importantes, tal y como lo señalan algunos empresarios del sector hotelero.
Mi buen amigo José Mosquera, comerciante informal, junto a su compañera Claudia, con la humildad que les caracteriza y con el rostro un poco apagado, indicaron que no les había ido tan bien como en otros años, pero que gracias a Dios habían podido mover algo de dinero, y en medio de todo, otro vendedor informal, señaló que había que aprovechar la temporada porque mientas unos se dedicaban a gastar, otros se dedicaban a hacer billete.
Pero en general se puede decir que las fiestas estuvieron buenas, que se notó una gran asistencia a los eventos, que hubo buenos artistas en la calle del festival, que tanto el gobernador Rodrigo Villalba Mosquera, como el alcalde de Neiva, Germán Casagua Bonilla, se pusieron la camiseta y estuvieron pendientes de la seguridad, de la puntualidad, de la calidad de las actividades y de garantizar que la población pasara unas festividades de manera agradable.
El asunto de la no venida de los artistas mexicanos dejó mal parado al empresario que organizaba dicho evento, quien además representa a un grupo de personas que invierten recursos para sacar adelante este tipo de conciertos, pero ello no debe afectar la imagen en general del festival porque este es un hecho aislado que lamentablemente acaeció y que afecta la credibilidad del promotor de estos espectáculos, pero no a la organización de las fiestas sampedrinas. De todas maneras, quienes asistieron a la actividad, con los artistas que se presentaron, salieron contentos, aunque seguramente algunos se puedan haber sentido defraudados; esas son cosas que pueden acaecer.
Pero ya pasó el San Pedro, con San Juan, San Pablo, Churumbel y Churumbelito, y ahora hay que volver a la realidad, a la que continúa mostrando a un país que atraviesa por una crisis política compleja, muy próxima a las elecciones de Congreso y Presidente de la República, mediante las cuales se define el rumbo de nuestra nación para los próximos cuatro años a partir del 20 de julio y 7 de agostos del próximo año, respectivamente.








