Diario del Huila

¿Y dónde está la oposición del Huila?

Jul 2, 2025

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En el Huila se habla de todo sobre política, menos de lo esencial: la inversión y el vacío ideológico y programático de la hoy oposición. Una oposición que por años lideró el debate democrático, representó una visión de desarrollo y generó resultados concretos. Hoy, esa misma oposición está desdibujada, huérfana de relato, sin voceros creíbles ni agenda territorial. ¿Qué representa hoy la oposición huilense? ¿Quién la encarna? ¿Dónde están sus listas, sus liderazgos, sus causas?

Desde el Congreso, el representante Julión Cesar Triana se ha batido como un león en temas de seguridad, y es hoy, sin duda, el mayor referente regional de la oposición. Pero más allá de su esfuerzo individual, se percibe un panorama preocupante: los partidos tradicionales de oposición en el Huila —el Conservador y el Centro Democrático— enfrentan un duro golpe. Sin agenda ni liderazgo, observan cómo Cambio Radical intenta sobrevivir en medio de su crisis nacional y departamental.

La polarización y las necesidades materiales han arrinconado a la ciudadanía opita en una falsa elección: o se es oficialista acrítico, o se es un opositor sin propuestas. Y en ese péndulo emocional, se nos olvidó que la política también se trata de construir desde las ideas, de representar visiones complementarias del país y de ofrecer caminos distintos que no estén enfrentados al bienestar colectivo. La oposición huilense, si quiere tener voz en 2026, debe dejar de ser simple reacción para volver a ser alternativa.

Hacen falta voces que promuevan la equidad desde la eficiencia, que defiendan la inclusión sin clientelismo, que reconozcan las deudas sociales sin desdibujar la institucionalidad. Hacen falta liderazgos capaces de comprender la lucha por la justicia social, la protección de los derechos de las mujeres, las comunidades diversas, los trabajadores y los sectores más vulnerables, pero que a la vez impulsen el desarrollo empresarial, el empleo digno, la estabilidad económica y la inversión social con visión de largo plazo.

El problema no es solo de candidatos: es de identidad. No hay proyecto porque no hay propósito. No hay listas porque no hay liderazgo convocante. Y no hay liderazgo porque no hay un relato que inspire y convoque, que conecte con la ciudadanía desde el orgullo por lo que somos, pero también desde la valentía para corregir lo que se ha hecho mal.

Es muy probable que este departamento siga siendo de mayoría conservadora, pero hoy no hay más de un líder que represente ese sentir con inteligencia, entendiendo que el discurso de seguridad no se limita a la autoridad, sino que también se basa en la seguridad del empleo, en reglas de juego claras y en una educación que forme a un nuevo ciudadano.

La oposición huilense debe reconstruirse desde una visión territorial, incluyente y moderna. No para oponerse por sistema, sino para proponer desde otra perspectiva: con firmeza ética, con argumentos técnicos y con empatía social. La crítica sin alternativas nos empobrece; la propuesta con sustento nos fortalece.

Hoy más que nunca necesitamos una oposición que sepa leer el territorio, que reconozca la diversidad social, que dialogue con los jóvenes, con las mujeres, con las comunidades rurales y urbanas, y que proponga una ruta clara de desarrollo donde el orden, la justicia social y la economía productiva no sean excluyentes, sino complementarios.

El Huila necesita representación con ideas, no solo con lealtades. Una oposición coherente, diversa y comprometida con el futuro. Es hora de recuperar el valor de la palabra, la profundidad del debate y la capacidad de construir país desde la diferencia.

¿Quién representa hoy en el Huila la otra orilla ideológica frente al gobierno nacional? ¿Quién será el líder que defienda con firmeza los valores de la familia, la empresa y las instituciones?

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