Durante una sesión ordinaria, el Concejo de Neiva debatió ampliamente sobre la organización del Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro, enfocándose en las cabalgatas. El maltrato animal, el consumo desmedido de alcohol y la descoordinación institucional fueron los ejes de la discusión. La mayoría de concejales coincidió en que urge una regulación que preserve la tradición, pero con responsabilidad.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
La reciente sesión del Concejo de Neiva puso sobre la mesa un tema sensible pero urgente: el futuro de las cabalgatas dentro del Festival del Bambuco. En medio de un ambiente de respeto y preocupación, los cabildantes discutieron las implicaciones culturales, sociales y éticas de estos desfiles, cada vez más cuestionados por la ciudadanía debido al maltrato animal y el consumo de alcohol.
El concejal Alejandro Serna abrió el debate citando al gobernador del Huila, Rodrigo Villalba, quien días atrás advirtió: “Si los caballistas no mejoran su comportamiento, estarían en riesgo de que las cabalgatas se acaben en el San Pedro”. Serna coincidió con esta posición, señalando que “no se trata de eliminar una tradición, sino de hacerla sostenible y respetuosa con los animales y la ciudadanía”.
En la misma línea, el concejal Luis Humberto Perdomo se sumó al llamado por una regulación clara. Recordó que, según un reciente estudio de medios, más del 60 % de los neivanos estaría de acuerdo con eliminar las cabalgatas si no se corrigen los abusos. “Esa cifra no puede ignorarse, es un mandato ciudadano que debemos traducir en decisiones desde este recinto”, afirmó.
Por su parte, el concejal Juan Diego Amaya destacó el cambio de postura de varios colegas, que ahora apoyan medidas más estrictas como la prohibición del alcohol durante los desfiles. “Estamos viendo una evolución institucional. Hace años este debate habría sido impensable, hoy hablamos de regulación con responsabilidad”, expresó.
La propuesta: reactivar el proyecto y fortalecer la coordinación
El concejal Héctor Javier Osorio Botello recordó que en una ponencia anterior se avanzó en un proyecto de acuerdo sobre las cabalgatas, que incluso fue aprobado en comisión. “Es momento de reactivar ese proceso. Propongo convocar de nuevo a la comisión técnica para revisar el documento y proyectar una plenaria dedicada a evaluar el balance del festival”, dijo Osorio.
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A su turno, Camilo Perdomo alertó sobre la falta de coordinación entre las entidades involucradas en la organización del festival: Alcaldía, Gobernación, Corposanpedro y secretarías de Cultura. Según él, esa dispersión afecta negativamente la logística, la seguridad y la imagen del evento.
“Necesitamos una instancia conjunta con liderazgo claro, que no solo organice, sino que también gestione recursos, controle el alquiler de caballos, regule la venta de bebidas alcohólicas y prohíba el uso de elementos molestos como la espuma en los desfiles”, sugirió el concejal.
El consenso en el Concejo es claro: las cabalgatas, como expresión del folclor y la identidad regional, no deben desaparecer, pero tampoco pueden continuar sin reglas claras. El próximo paso será consolidar una propuesta normativa que permita su transformación sin perder su esencia.
Con este debate, el cabildo de Neiva abre el camino a una discusión más profunda sobre cómo organizar un Festival del Bambuco que sea seguro, inclusivo, culturalmente rico y ambientalmente responsable. La ciudadanía, cada vez más crítica y participativa, espera resultados concretos.
RECUADRO
Palermo sin control en las cabalgatas
Un insólito accidente se registró durante una cabalgata en la zona urbana de Palermo, cuando un caballo se desbocó y chocó contra un vehículo estacionado. Aunque el incidente no dejó heridos, sí causó daños materiales al automóvil.
El jinete, que logró mantenerse sobre el animal pese al impacto, resultó ileso, mientras el animal se ve malherido. Testigos señalaron que el equino se alteró repentinamente, perdiendo el control en plena vía pública.
Este hecho reabre el debate sobre la seguridad en las cabalgatas, especialmente en zonas urbanas. La mezcla de caballos, música y consumo de alcohol aumenta el riesgo de accidentes, poniendo en peligro a participantes, espectadores y bienes públicos.
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