Colombia enfrenta un preocupante panorama juvenil: según la Cepal, es el tercer país de América Latina con más jóvenes que ni estudian ni trabajan. La situación afecta especialmente a las mujeres y refleja desafíos urgentes en educación, empleo y equidad.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), presentado en Bruselas durante un evento organizado en el Parlamento Europeo, reveló cifras preocupantes sobre la juventud latinoamericana. Colombia figura como el tercer país de América Latina y el Caribe con mayor proporción de jóvenes entre los 15 y 24 años que ni estudian ni trabajan, conocidos como “ninis”.
Según el estudio, el 21,6% de los jóvenes colombianos se encuentran fuera del sistema educativo y laboral, superando a países vecinos como Ecuador (16,5%), Brasil (16,0%) y Perú (12,2%). Solo Guatemala (28,8%) y Honduras (27,4%) registran cifras más elevadas, lo que posiciona al país cafetero en un lugar crítico dentro del contexto regional.
Una de las conclusiones más alarmantes del estudio es la evidente brecha de género. En Colombia, el 28,5% de las mujeres jóvenes son ninis, frente a un 14,8% de hombres en la misma situación. Esta desigualdad no es exclusiva del país, pero sí marca una tendencia preocupante en cuanto al acceso desigual de las mujeres a la educación y al empleo. Casos similares se evidencian en Honduras, donde el 40,8% de mujeres son ninis frente al 13,9% de hombres, y en Ecuador, con un 24,1% frente a 9,2%.
El informe de Cepal no solo presenta un panorama estadístico, sino que también hace un llamado a la acción. El 25% de los jóvenes entre 18 y 24 años en la región no están empleados ni en formación académica, lo cual representa un desafío profundo para el desarrollo económico y social de América Latina y el Caribe. La situación se agrava al considerar que seis de cada diez jóvenes empleados se desempeñan o se desempeñarán en el sector de los servicios, un rubro que depende en gran medida de la estabilidad económica y que ofrece condiciones laborales muchas veces precarias.
En el caso de las mujeres, más del 70% se dedica exclusivamente a trabajos de cuidado no remunerado, como el hogar o el cuidado de familiares, lo que les impide vincularse plenamente al mercado laboral formal. Esta situación, señala el informe, refuerza los patrones estructurales de desigualdad que aún persisten en la región.
Además, el informe llama la atención sobre la precariedad salarial que enfrentan los jóvenes. Andrés Espejo, oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Social de la Cepal, indicó que uno de cada cinco jóvenes recibe ingresos por debajo de la línea de pobreza. “No porque no tengan familias, las tienen o quieren formarlas, pero no pueden”, afirmó.
Respecto al nivel educativo, si bien esta es una de las generaciones más preparadas de la historia latinoamericana, existen aún marcadas diferencias en el acceso y finalización de estudios superiores. Las oportunidades de formación no son equitativas y ello repercute directamente en la inserción laboral y la posibilidad de desarrollo profesional. Así, la falta de generación de empleos cualificados contrasta con el creciente número de jóvenes capacitados, fomentando el desempleo, la frustración social y el auge del empleo informal.
Puede leer: Recaudo de la DIAN en mayo de 2025 alcanzó los $32,6 billones
El informe advierte que, si no se generan suficientes empleos de calidad, el desempleo juvenil seguirá siendo alto y la informalidad laboral se consolidará como la alternativa más viable para muchos jóvenes. Este panorama, según Espejo, “no es inevitable”. El funcionario hizo un fuerte llamado a los gobiernos a implementar políticas públicas que prioricen el crecimiento económico con equidad, impulsen la productividad y generen condiciones dignas para la juventud.
Desde la organización humanitaria Alliance2015, Antonia Potter-Prentice intervino en el evento y subrayó la importancia de incorporar el enfoque de género en el diseño de políticas para los jóvenes. La experta abogó por una reestructuración de los sistemas educativos y laborales que garantice no solo acceso, sino también calidad, pertinencia y oportunidades reales para el desarrollo personal y profesional.
Colombia, con uno de los mayores porcentajes de ninis en la región y una brecha de género significativa, enfrenta un desafío urgente: transformar la realidad de su juventud. Para ello, se requiere una apuesta decidida por políticas integrales, inversiones en educación técnica y superior, creación de empleos dignos y programas que reconozcan y redistribuyan el trabajo de cuidado no remunerado, especialmente entre las mujeres. Solo así será posible romper con los ciclos de exclusión y construir un país donde los jóvenes sean verdaderamente protagonistas del desarrollo.
Puede leer: Recaudo de la DIAN en mayo de 2025 alcanzó los $32,6 billones
