En Neiva, los llamados piques ilegales han encendido las alarmas de las autoridades y la comunidad. Organizados por redes sociales y alimentados por apuestas de hasta un millón de pesos, estos encuentros clandestinos entre motociclistas jóvenes están dejando un rastro de tragedias en las vías rurales del municipio. El más reciente caso cobró la vida de dos adolescentes, reavivando el debate sobre el riesgo, la imprudencia y la necesidad de frenar esta práctica mortal.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
En Neiva, las noches no solo están marcadas por el silencio o el descanso. En muchas de sus vías rurales, lejos del ruido citadino, se desarrollan actividades clandestinas que están cobrando vidas: los llamados “piques ilegales”, organizados y difundidos a través de redes sociales, especialmente en grupos privados y transmisiones en vivo. Una práctica que combina velocidad, apuestas de hasta un millón de pesos y un peligroso deseo de validación digital.
De la emoción al luto
Lo que inicia como una apuesta o un “reto” entre amigos, termina en muchas ocasiones con jóvenes gravemente heridos o muertos. El caso más reciente sacudió a la ciudad: Sebastián Macías Murillo y Samuel Felipe Correa Medina, de tan solo 18 y 19 años, perdieron la vida en un accidente ocurrido en la vía Neiva–Vegalarga, mientras, al parecer, participaban en una de estas carreras clandestinas.
Según la secretaria de Movilidad de Neiva, Edna Johana Cruz, “cuando llegamos nos dimos cuenta del accidente entre las dos motocicletas, donde ante el impacto tan contundente los jóvenes perdieron la vida. Hay invasión de carril, al parecer ambos decidieron enfrentarse hasta que uno de los dos cediera”. Uno de ellos era hijo de un funcionario de la Secretaría de Vías e Infraestructura del municipio.
El hecho generó conmoción. Videos grabados por testigos muestran la violencia del choque y las desgarradoras escenas posteriores. Decenas de personas rodearon el lugar, entre lágrimas e impotencia, mientras los organismos de emergencia atendían la situación. Las imágenes circularon con rapidez por redes sociales, generando una ola de indignación y reabriendo el debate sobre los piques ilegales.
Apuestas y viralidad: el nuevo rostro del peligro
Lo alarmante no es solo la clandestinidad de estas carreras, sino su normalización. “Los jóvenes están apostando en estas carreras a través de redes sociales, y las consecuencias son absolutamente nefastas. Las apuestas varían entre los $500.000 hasta $1’000.000”, agregó la secretaria de Movilidad.
Estos eventos, lejos de rechazarse, se exaltan. Adolescentes y jóvenes comparten los videos como si fueran hazañas, celebrando maniobras peligrosas, velocidades extremas y choques casi fatales. Los algoritmos de las redes sociales hacen lo suyo: recompensan con vistas, likes y comentarios este tipo de contenido, que se convierte en un círculo vicioso de riesgo y popularidad.
Muchos de estos materiales son grabados, editados y difundidos como si fueran entretenimiento. En ellos, se pueden ver motociclistas sin casco, zigzagueando en la vía, retándose con otros corredores o simplemente desafiando la muerte frente a una cámara.
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Cifras que preocupan
Las estadísticas no mienten. Solo en lo que va del 2025, en Neiva ya se han registrado 77 víctimas por accidentes de tránsito, de las cuales 25 han fallecido. La mayoría de las víctimas han sido motociclistas que no respetaban las normas de tránsito: conducían a exceso de velocidad o bajo los efectos del alcohol.
“Es inaceptable que la vida de nuestros jóvenes se pierda por la irresponsabilidad y el deseo de figurar en redes. Hacemos un llamado contundente a padres de familia, instituciones educativas y líderes comunitarios para unirnos en la prevención de estos hechos”, manifestó Edna Johana Cruz.
Estrategias para frenar la tragedia
Ante el aumento de los piques ilegales, la Secretaría de Movilidad ha intensificado los controles en zonas clave donde se sospecha que se realizan estas prácticas. Asimismo, se están impulsando estrategias pedagógicas en colegios y universidades para concientizar a los jóvenes sobre los peligros reales de estas carreras.
Otra medida adoptada ha sido el monitoreo de redes sociales, con el objetivo de detectar convocatorias a piques ilegales y tomar acciones preventivas. Igualmente, se están gestionando sanciones más severas para quienes participen o promuevan estas actividades.
Más que cifras, vidas
Cada muerte causada por los piques ilegales no debe ser una estadística más. Es un grito de alerta. Un llamado a replantear las dinámicas juveniles, a exigir a las plataformas digitales mayor responsabilidad y a comprometer a las familias en la formación de valores que prioricen la vida sobre la adrenalina.
Las redes sociales no pueden seguir siendo cómplices silenciosas de estas tragedias. La velocidad puede ser emocionante, pero en un segundo, también puede ser irreversible.
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