Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Son muy preocupantes las quejas que estamos recibiendo por la deficiente prestación de los servicios de salud en el departamento del Huila. Las citas con los médicos generales los están autorizando con demoras de 8 días y si son con especialistas para periodos que superan los tres meses, algo absurdo, como si las enfermedades tuvieran espera, Y para colmo de males, los procedimientos quirúrgicos, superan los dos meses y que, junto con el suministro de medicamentos, empiezan los pacientes a sufrir por la falta de la entrega de éstos, porque las distribuidoras de las EPS en ocasiones carecen de éstos. y si corren con suerte, les entregan de manera incompleta el listado de remedios que están relacionados en las fórmulas médicas. Es muy triste observar las colas desde la noche anterior, por parte de los usuarios para reclamarlos. Las familias se están acostumbrando a buscar la forma de comprarlos bajo su propio peculio, para lograr la supervivencia de sus seres queridos. No hay derecho que se siga degradando el Sistema Nacional de Salud, que, en otrora, funcionaba con algunas deficiencias, pero los enfermos podían contar con la atención adecuada.
Igualmente, no hay derecho que se siga politizando este servicio esencial para el bienestar de las familias colombianas. Diariamente observamos a través de los medios de comunicación y redes sociales, el viacrucis que se está presentando en todas las ciudades del país. Siempre he afirmado en mis escritos y en la docencia universitaria, que el dolor, el hambre y las necesidades del ser humano, no tienen color político. Ante todo, la vida. Es el mejor activo que poseemos.
Son crecientes las quejas de los pacientes que acuden a las EPS para que les autoricen una atención médica adecuada, para que las enfermedades que les aquejan sean atendidas con eficiencia y eficacia por el personal médico. Inclusive si se requieren tratamientos quirúrgicos y el suministro de medicamentos, que actualmente están generando grandes frustraciones a los enfermos porque les son negadas sus peticiones. Aquí empieza el verdadero viacrucis, porque la negligencia administrativa de estas dependencias se ha vuelto paisaje, ante los dramas humanos que se presentan. El sistema de salud se encuentra asfixiado, con deudas grandes y sin esperanza que el ejecutivo se las cancele. Los recursos que les transfiere el gobierno nacional a los hospitales y clínicas por la UPC son irreales, dado el estado actual de las finanzas públicas.
Pero grave, es que la situación financiera actual de las EPS intervenidas es alarmante: actualmente acumulan un déficit patrimonial que equivale al 98,3 por ciento del total del déficit que presentan en su conjunto todas las aseguradoras del país. Solamente las entidades intervenidas reportaron para el cierre del primer trimestre del 2025 un total de $ 10,03 billones de pesos como déficit patrimonial, mientras que este mismo indicador financiero para todas las EPS del país fue de $ 10,2 billones de pesos. Así lo muestra el más reciente Análisis financiero y de cartera de las EPS realizado por el observatorio “Así Vamos en Salud”, a partir de la información presentada por estas entidades a la Supersalud y el Minsalud. Lo que más preocupa de estos resultados, no es solo que el déficit sea mayor en las EPS intervenidas, sino que este viene creciendo en los últimos tres años, y en comparación con el mismo periodo de 2024, las cifras negativas se dispararon. Vamos de mal en peor. Aunque estoy de acuerdo con el gobierno nacional, se debe eliminar la intermediación financiera en la salud, pero, debe corregir esta situación en el corto plazo. La vida de los colombianos está en riesgo.








