Diario del Huila

Democracia y verdad en crisis

Jun 9, 2025

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 Democracia y verdad en crisis

Por: Mario Solano

En su ensayo Infocracia, el filósofo Byung-Chul Han, advierte sobre un nuevo régimen de poder que no reprime, sino que seduce: el dominio de la información. En este modelo, la democracia no es destruida por dictaduras, es tomada por el exceso de datos, la manipulación algorítmica y la viralización emocional. Colombia no es ajena a este fenómeno.

La política nacional ha sido profundamente impactada por el flujo constante de, noticias falsas y segmentación digital. Las campañas electorales recientes más que convencer, buscan activar emociones: miedo, odio, indignación. Esto ha generado una ciudadanía hiperinformada, pero desorientada, incapaz de distinguir entre verdad y viralidad. La infocracia ha transformado el debate público. Las plataformas digitales han sustituido la plaza pública, pero en lugar de fomentar el diálogo, fragmentan la verdad.

Se impone lo inmediato sobre lo reflexivo. En Colombia, este efecto es visible en la polarización creciente, la hostilidad entre sectores políticos y la superficialidad del discurso. Lo que antes era deliberación ahora es reacción, ya vemos el atentado a Miguel Uribe Turbay el cual rechazamos con todas las energías. La salud pública también ha sido víctima del régimen informacional.

Durante la pandemia por COVID-19, el país enfrentó una ola de desinformación. Grupos organizados utilizan redes sociales para sembrar desconfianza, explotando las verdades a medias. Esto comprometió la capacidad del Estado para proteger la vida y la salud, mostrando cómo la infocracia es en un riesgo estructural. El sistema judicial tampoco escapa. Las decisiones de jueces y cortes se ven cada vez más influenciadas por la presión mediática y el juicio de la opinión pública en redes. La exposición masiva convierte procesos técnicos en espectáculos virales.

El derecho se ve presionado a responder a las tendencias, no siempre a la razón. Frente a este panorama, la solución no está en censurar la información, sino en la prudencia de la ciudadanía, que sepan distinguir entre hechos y opiniones, entre argumentos y propaganda. Además, se requieren políticas públicas de transparencia algorítmica y responsabilidad de las plataformas tecnológicas.

La democracia no puede sobrevivir en un entorno donde la verdad es irrelevante y la viralidad es ley. La infocracia no tiene rostro autoritario, pero controla con eficiencia. Colombia enfrenta el reto de repensar su democracia para protegerla de la manipulación digital y el olvido de la verdad. En este nuevo escenario, más que nunca, la libertad depende de la lucidez.

Tal vez te gustaría leer esto