La tragedia golpeó con fuerza a la vereda Bajo Medianías, en Saladoblanco, donde una pareja de campesinos fue sepultada por un deslizamiento de tierra mientras regresaba de su jornada cafetera. Desde entonces, sus familiares y varios cuerpos de socorro luchan contra el lodo, el tiempo y el clima para recuperar sus cuerpos, en medio del dolor y la incertidumbre que deja esta nueva emergencia invernal en el sur del Huila.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES
Por: Alejandro Polanco.
En medio de la tristeza y la angustia, avanza lentamente la búsqueda de Ignacio Jiménez Muñoz y su esposa Leidy Jhoana Jamioy Quinayas, dos humildes labriegos que fueron sepultados por un deslizamiento de tierra el pasado martes 3 de junio, en la vereda Bajo Medianías del municipio de Saladoblanco. La pareja regresaba a su vivienda luego de una jornada recogiendo café, cuando un alud de tierra los sorprendió, arrebatándoles la vida y dejando a tres hijos menores de edad huérfanos.
Desde el momento en que se conoció la tragedia, sus familiares, vecinos y organismos de socorro emprendieron una intensa búsqueda, que ya completa cuatro días sin resultados concluyentes. Sin embargo, la esperanza se mantiene viva entre quienes anhelan poder recuperar los cuerpos para darles sepultura digna y cerrar este doloroso capítulo.

Un llamado de auxilio entre el lodo y la lluvia
Diario del Huila se trasladó hasta el lugar de los hechos para acompañar a la comunidad y conversar con Jaider Jiménez Muñoz, hermano de Ignacio y una de las personas que ha liderado los esfuerzos de búsqueda en la zona. Con voz quebrada por el cansancio y el dolor, Jaider relató cómo se enteraron de lo sucedido y cómo ha sido esta difícil jornada para su familia.
“Mi hermano y la esposa se encontraban cogiendo café en su finquita. Estaban regresando a casa en la tarde, sobre las cinco, cuando fueron alcanzados por un alud. Desde el martes no hemos parado en la búsqueda. Han sido días muy difíciles para todos”, contó Jaider mientras observaba la montaña, aún húmeda y resquebrajada.

Los organismos de socorro que han atendido la emergencia destacan que la zona afectada es de difícil acceso y que las condiciones del terreno no son favorables. A esto se suman las constantes lluvias que han obligado a suspender temporalmente las labores en más de una ocasión.
Condiciones climáticas adversas
El día viernes 6 de junio, por ejemplo, las lluvias impidieron que los equipos de rescate continuaran con las tareas de búsqueda. Aunque se tenía prevista una intervención con caninos especializados en detección de personas, el terreno inestable y el riesgo de nuevos deslizamientos hicieron imposible el ingreso seguro de los rescatistas a la zona de mayor probabilidad.

“Las lluvias no han dado tregua. Ayer (viernes) se tuvo que suspender todo el trabajo porque el barro lo cubría todo, y era muy riesgoso para los socorristas. Hoy esperamos que el clima mejore para poder continuar”, explicó uno de los bomberos de Oporapa que participa en las labores.
Hasta ahora, han sido varias las unidades que se han sumado a esta operación humanitaria. A los bomberos voluntarios de Saladoblanco se han unido los cuerpos de Oporapa, Palestina, Pitalito y San Agustín, así como la Defensa Civil del Huila, tanto en su capítulo municipal como departamental. El esfuerzo conjunto es un reflejo de la solidaridad y el compromiso con la vida rural y campesina.
Tres menores huérfanos
La tragedia ha golpeado con fuerza no solo por la pérdida humana, sino por las consecuencias sociales y familiares que deja. Ignacio y Leidy eran los cuidadores y padres de tres menores de edad: un niño de 3 años, otro de apenas año y medio, y una adolescente de 19 años, además de una joven de 24 que también dependía emocional y económicamente de ellos.

“Ellos quedan completamente desamparados. Mi hermano era quien los mantenía. Esto nos duele en el alma. No solo los hemos perdido a ellos, sino que ahora hay tres niños que no saben qué va a pasar con su futuro”, explicó Jaider.
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Solidaridad frente al dolor
Ante la magnitud del drama, la familia ha hecho un llamado urgente a la solidaridad de la comunidad huilense y del país. Aunque en un principio no solicitaron apoyo económico, la difícil situación los llevó a abrir un canal oficial de ayuda para las personas que deseen colaborar.
“No habíamos pedido nada porque estábamos centrados en la búsqueda. Pero ya son muchas las necesidades, sobre todo pensando en los niños. También supimos que hay personas inescrupulosas que están pidiendo plata en nombre nuestro, lo cual es muy doloroso. Por eso, de manera oficial, damos a conocer la cuenta Nequi 310 581 8677, a nombre de Esilda, mi hermana, para quienes deseen ayudarnos”, recalcó.

La ayuda que se logre recaudar será destinada a cubrir gastos logísticos de la búsqueda y, especialmente, a atender las necesidades básicas de los menores de edad que han quedado a cargo de la familia Jiménez.
Un pueblo que no se rinde
La vereda Bajo Medianías ha sido testigo del esfuerzo incesante de rescatistas, familiares y vecinos que, armados de palas, picos y mucha fe, han removido cada metro de tierra esperando encontrar a la pareja desaparecida. Las jornadas se han extendido hasta altas horas de la noche, interrumpidas solo por el mal tiempo o el riesgo inminente de nuevos movimientos de tierra.
La comunidad no ha escatimado en esfuerzos para brindar comida, agua y cobijo a los rescatistas. En medio del dolor, se ha tejido una red de apoyo que mantiene la esperanza encendida. Nadie en la vereda quiere irse sin encontrar a Ignacio y Leidy.
Lo que sigue
Para las próximas horas, los organismos de socorro esperan contar con mejores condiciones climáticas que les permitan avanzar con la ayuda de perros entrenados en búsqueda de cadáveres. La zona sigue siendo inestable, y cada paso debe ser cuidadosamente planificado para evitar nuevos accidentes.

Haber
Las autoridades municipales de Saladoblanco, en coordinación con la Gobernación del Huila, continúan brindando apoyo logístico, pero se reconoce que las limitaciones técnicas dificultan la operación. A pesar de ello, el compromiso de las entidades permanece firme.
El clamor de una familia
Al finalizar la entrevista, Jaider Jiménez dejó un mensaje que resume el sentir de toda su familia:
“Solo queremos encontrarlos. Mi hermano y su esposa eran personas humildes, trabajadores, que lo único que hacían era cuidar su cafetal y sus hijos. Le pedimos a Dios que nos permita hallarlos, y a la gente de buen corazón que nos ayude. No estamos solos, y eso nos da fuerza para seguir”.
Desde Diario del Huila nos unimos al clamor de esta familia campesina y hacemos un llamado al respeto, la empatía y la solidaridad. Hoy, más que nunca, necesitamos unirnos para no dejar solos a quienes sufren.

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