Aunque en los últimos años se ha difundido la idea de que los jóvenes prefieren alquilar y vivir sin ataduras, un estudio de Camacol Bogotá y Cundinamarca revela que el 84% de los jóvenes colombianos entre 18 y 28 años aún sueña con ser propietario de una vivienda, valorando principalmente la estabilidad patrimonial y la independencia.
DIARIO DEL HUILA, NACIONAL
En los últimos años, ha ganado popularidad la idea de que las nuevas generaciones en Colombia ya no aspiran a ser propietarias de una vivienda. En redes sociales, conversaciones cotidianas y algunos análisis superficiales, se sostiene que los jóvenes prefieren alquilar, viajar o vivir sin ataduras, priorizando la movilidad y experiencias por encima del patrimonio inmobiliario. Sin embargo, un estudio reciente de Camacol Bogotá y Cundinamarca derriba esta narrativa: el anhelo por tener casa propia sigue intacto y es una prioridad clara para la mayoría de los jóvenes.
El Estudio de Oferta y Demanda de Vivienda 2025, realizado por Camacol, revela que el 84% de los jóvenes entre 18 y 28 años entrevistados desea convertirse en propietario de una vivienda. Esta cifra contundente muestra que, aunque los tiempos y condiciones han cambiado, la aspiración de tener un patrimonio sólido no ha perdido vigencia. Lo que sí ha cambiado de manera significativa son las barreras y dificultades que enfrentan para hacer realidad ese sueño.
Para estos jóvenes, la principal motivación para comprar vivienda es la estabilidad patrimonial, mencionada por el 50,7% de los encuestados. Le sigue en importancia la búsqueda de independencia, con un 40,3%. En contraste, factores como la inestabilidad laboral y la falta de historial crediticio constituyen obstáculos importantes: casi el 40% no cuenta con vida crediticia y el 29,3% no tiene un empleo fijo, aspectos que complican el acceso a créditos hipotecarios y, por ende, la adquisición de vivienda.
A pesar de estas dificultades, el estudio también evidencia un mercado activo y con potencial. En Bogotá y Cundinamarca, por ejemplo, hay 686.934 hogares que consideran este un buen momento para comprar casa y ya están en proceso de búsqueda. Sin embargo, al analizar el mercado con detalle, las cifras se fragmentan. De ese total, solo el 34,1% (234.536 hogares) están interesados específicamente en adquirir vivienda nueva y, de ellos, apenas 101.355 cumplen con los requisitos financieros necesarios para avanzar: ahorros para la cuota inicial y crédito aprobado. Este grupo representa la denominada demanda efectiva del sector, la que realmente puede realizar la compra.
Además, hay otros 86.548 hogares que cuentan con los recursos para iniciar el proceso, pero aún no logran la aprobación de un crédito o leasing habitacional. Esta situación muestra que, aunque el interés y la capacidad económica existen, el sistema financiero continúa siendo una barrera difícil de superar para muchas familias.
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El estudio no solo se enfocó en los jóvenes, sino que también puso la lupa sobre un grupo demográfico que cada vez toma mayor relevancia: las personas mayores de 60 años. Se proyecta que para 2050 este grupo representará el 26,6% de la población en la región, frente al 15,7% actual, lo que implica retos importantes en materia de oferta habitacional y servicios adaptados.
Para los adultos mayores, la vivienda propia es vista como la mejor opción para su etapa de retiro, con un 58,1% que lo considera así. La mayoría planea financiarla principalmente con sus ahorros (41,9%), pero también con apoyo familiar (24,2%) y pensiones (22,6%). Aunque solo un 3,2% opta por vivienda especializada, los servicios asociados a estas alternativas, como atención de enfermería 24 horas (59,7%) o alimentación incluida (40,3%), están ganando valor y reconocimiento entre este grupo.
Esto abre una oportunidad interesante para el sector constructor, que puede desarrollar productos especializados dirigidos a los adultos mayores. Como señala Edwin Chivirí, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca, “hay un gran potencial para que los desarrolladores enfoquen proyectos hacia esta población y para que los adultos mayores conozcan las nuevas soluciones habitacionales y cómo acceder a ellas”.
En conclusión, el estudio de Camacol presenta un panorama actualizado y revelador del mercado de vivienda en Colombia. Contrario a las creencias populares, los jóvenes mantienen viva la aspiración de ser propietarios de vivienda, aunque enfrentan barreras económicas y estructurales significativas. Por otro lado, el envejecimiento poblacional exige respuestas innovadoras en oferta habitacional para adultos mayores, que van más allá de la vivienda tradicional.
El mensaje es claro: ni los jóvenes han dejado de soñar con tener casa propia, ni el mercado inmobiliario puede seguir ofreciendo una oferta rígida y limitada. Hay necesidades reales y urgentes que requieren ser atendidas con políticas públicas, incentivos financieros y desarrollo de productos habitacionales acordes con las nuevas demandas y circunstancias. El sueño de la casa propia sigue vivo y es un reto colectivo hacerlo posible para todos.
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