Ana Bermúdez, también integrante del grupo de mujeres buscadoras y amiga de Lina María Puentes Vega, una mujer de 39 años, madre de tres hijos de 10, 16 y 22 años, la recuerda como una mujer luchadora, entregada a sus hijos, familia y esposo.
«Recuerdo a Lina María como una mujer que buscaba siempre el bien para la comunidad. Ella le servía mucho a la comunidad y a nosotras, las compañeras. Cuando necesitábamos un favor, la llamábamos, y ella al menos estaba para hablar, para escucharnos. Era una mujer muy valiente en esta vida», afirmó Ana.
Afirma además que Lina María no había reportado amenazas contra su vida. Recuerda la última conversación que tuvo con la lideresa social: «Me invitó al bazar que iba a haber en la zona, fue la última conversación e invitación que me hizo, y hablamos de la familia».
Aún no se conocen todos los detalles del homicidio de Lina María. Fue asesinada en la zona rural de Baraya el pasado fin de semana, una región afectada por el orden público, donde las extorsiones, amenazas y el reclutamiento forzado toman fuerza, sin que existan respuestas contundentes de las instituciones.
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Lina María Puentes Vega, junto con Ana y un grupo de mujeres, buscaba a sus familiares, en este caso a sus dos hermanos. Frente al caso, piden a las autoridades celeridad y respuestas frente a los móviles y autores del hecho, que ha consternado a la sociedad huilense.
«En este momento necesitamos que se esclarezca la muerte de nuestra compañera y que se haga justicia, porque no nos podemos quedar calladas. Lina nos dejó un legado y nosotras vamos a seguir como buscadoras y como lideresas adelante», afirma Ana.
Para los líderes sociales y comunales en el Huila, en este momento no existen garantías desde ninguna perspectiva para el ejercicio del liderazgo en los territorios.
El mensaje de paz de Lina María
Julián Cuesta, profesional de campo en la organización Plataforma Sur, quien acompañó el proceso de Lina María junto a otras mujeres, denunció que históricamente la población civil se ha convertido en escudo de los actores armados, siendo refugio de los actos violentos.
«El tener a la población civil bajo unas reglas y normas impuestas por grupos armados habla de la falta de presencia del Estado. El Estado se ve en las ciudades grandes, pero en la zona rural, donde está la violencia, no hay presencia institucional. Estos grupos se vuelven mini Estados y empiezan a coordinar la vida de unos y otros», indicó Cuesta.
Frente al homicidio de la lideresa, se manifestó diciendo que «tenemos que seguir levantando la voz y creyendo en lo que creía Lina: creía en la paz, en que esto tenía que cambiar, y, sobre todo, creía en el perdón», concluyó el vocero de la red de buscadoras.
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