Aunque afecta a casi la mitad de la población mundial, la rinitis alérgica sigue siendo subestimada y mal diagnosticada. El doctor Jaime Andrés Sosa, alergólogo colombiano, advierte que convivir con estornudos, congestión nasal y picazón no es normal ni inevitable. Con tratamiento adecuado, esta y otras alergias pueden controlarse y, en muchos casos, superarse.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Más del 40 % de la población mundial convive diariamente con síntomas de rinitis alérgica, una enfermedad que, pese a su alta prevalencia, sigue siendo subestimada. Estornudos frecuentes, picazón nasal, congestión o secreción acuosa por la nariz no son molestias menores ni “normales”: son señales de alerta de un trastorno inmunológico que, de no tratarse adecuadamente, puede deteriorar seriamente la calidad de vida. Así lo explica el doctor Jaime Andrés Sosa, médico cirujano y especialista en alergología, conocido como ‘El alergólogo’, quien dedica su práctica profesional a visibilizar y tratar estas patologías en Colombia, un país donde esta especialidad apenas empieza a consolidarse.
“La rinitis alérgica es la más común de las alergias. Afecta entre el 40 y 50 % de la población mundial y se ha vuelto parte del paisaje cotidiano, como si fuera algo con lo que hay que aprender a vivir. Pero no es así. No es normal”, afirma el experto, también docente y autor del libro El ABC de las Alergias, en el que busca educar tanto a pacientes como a profesionales de la salud sobre una especialidad joven, con poco más de 20 años de presencia en América Latina y con menos de 200 especialistas en ejercicio en Colombia.
Según el doctor Sosa, es fundamental cambiar la percepción sobre lo que realmente significa tener una alergia. “Alergia no es una simple picazón, ni una roncha, ni estornudar. Alergia es una reacción inmunológica: una respuesta exagerada del sistema inmune frente a sustancias que en condiciones normales no deberían generar síntomas”, sostiene. Estas sustancias pueden ser alimentos, medicamentos, picaduras de insectos o agentes ambientales como los ácaros del polvo, el polen o incluso la caspa y la saliva de mascotas.
Mitos que hacen daño
Uno de los principales problemas en torno a las alergias, dice Sosa, es la desinformación. Muchas personas atribuyen sus síntomas a causas erradas, postergan el diagnóstico o caen en tratamientos poco efectivos. “Hay quienes creen que son alérgicos al pelo del gato, cuando en realidad la alergia es a la caspa, saliva u orina del animal. También está el mito de que hay que aprender a vivir con las alergias, cuando existen tratamientos eficaces, como la inmunoterapia”, señala. Esta consiste en una serie de vacunas personalizadas que enseñan al sistema inmune a tolerar los alérgenos, con excelentes resultados en casos de rinitis, asma alérgica o alergias por picaduras.
Puede leer: La edad promedio de embarazo en Colombia es de 26 años, según el DANE
Otro mito que el especialista derriba es la idea de que las alergias son de por vida. “El sistema inmunológico cambia. Una alergia puede desaparecer con el tiempo, especialmente si se diagnostica y trata adecuadamente. Por eso es tan importante acudir a un alergólogo capacitado y no autodiagnosticarse”, recalca.
Diagnóstico y prevención: claves para salvar vidas
El diagnóstico de una alergia debe cumplir tres criterios fundamentales: presencia de síntomas, reproducibilidad (es decir, que los síntomas aparezcan siempre que se tenga contacto con el alérgeno) y pruebas positivas que demuestren una respuesta inmunológica. “No existen alergias asintomáticas, ni basta con sospechar. Es necesario hacer pruebas específicas según el tipo de alergia”, explica Sosa.
Una de las formas más graves de alergia es la anafilaxia, una reacción rápida y potencialmente mortal. En niños, suele desencadenarse por alimentos como la leche o el huevo; en adultos, por medicamentos, especialmente antiinflamatorios o antibióticos. “Los síntomas aparecen entre 5 y 15 minutos después de la exposición: hinchazón, dificultad para respirar, vómitos o pérdida de conciencia. Ante estos casos, es vital actuar con rapidez, acostar al paciente, levantarle las piernas y llevarlo de inmediato a urgencias”, enfatiza.
Sosa también llama la atención sobre diagnósticos erróneos, como ocurre con la supuesta alergia a la penicilina. “El 90 % de quienes creen ser alérgicos a este antibiótico no lo son. Esa etiqueta errónea puede llevar a tratamientos menos efectivos, mayores costos y hasta mayor riesgo de mortalidad”, advierte.
Alergias y medioambiente: una relación directa
Otro aspecto que agrava el panorama es el impacto del cambio climático en el aumento de las alergias. “Los niveles de contaminación modifican la estructura de los pólenes, haciéndolos más resistentes y prolongando su presencia en el ambiente. Además, el esmog y las partículas contaminantes irritan las vías respiratorias, lo que agrava los síntomas en personas alérgicas”, señala el especialista.
En este contexto, el llamado del doctor Jaime Sosa es claro: no hay que resignarse a vivir con alergias. Identificarlas, comprender su origen y buscar tratamiento adecuado es un paso fundamental para mejorar la calidad de vida de millones de personas. “La clave está en educarse, consultar con expertos y entender que siempre hay algo que se puede hacer. Las alergias no deben normalizarse, deben tratarse”, concluye.
Le puede interesar: MinTrabajo insiste que la Reforma Laboral generará más empleo y crecimiento económico
