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¿Cómo está cambiando envejecer?: la nueva longevidad redefine el futuro

May 22, 2025

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La humanidad vive más y mejor. Con una esperanza de vida en aumento, expertos como el médico Diego Bernardini proponen repensar el envejecimiento desde una nueva perspectiva: la longevidad activa y con propósito.

DIARIO DEL HUILA, SALUD

La humanidad se enfrenta a un fenómeno sin precedentes: vivir más años de forma activa y con mejor salud. Para 2050, se espera que la esperanza de vida global aumente en promedio 4,5 años, alcanzando los 78,1 años, mientras que la esperanza de vida saludable pasará de 64,8 a 67,4 años. Estos datos, provenientes del Estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad (GBD) publicado en The Lancet, ponen sobre la mesa una pregunta clave: ¿cómo será envejecer en el siglo XXI?

El médico y kinesiólogo argentino Diego Bernardini, autor del libro La segunda mitad: Los 50+, vivir la nueva longevidad (Aguilar), propone una mirada transformadora sobre el envejecimiento. En entrevista, el especialista en gerontología explica cómo la sociedad debe adaptarse a esta nueva etapa vital que, lejos de representar un cierre, se plantea como una oportunidad para seguir creciendo, aportando y disfrutando la vida.

Envejecer ya no es lo que era

Según Bernardini, el concepto de “nueva longevidad” implica más que añadir años a la vida: significa agregar vida a los años. “No se trata solo de vivir más, sino de vivir diferente. Las personas mayores hoy nos demuestran que la vejez no es sinónimo de pasividad ni dependencia”, asegura. En este sentido, la segunda mitad de la vida se redefine como una etapa de nuevas posibilidades, no como un declive.

El cambio es radical si se considera que hace apenas medio siglo tener 70 años equivalía casi automáticamente a retirarse de la vida activa. Hoy, en cambio, muchas personas de esa edad gozan de buena salud, energía y desean seguir contribuyendo en el plano laboral, social o personal.

El impacto demográfico y económico

A diferencia de otras transformaciones contemporáneas, como la inteligencia artificial o el cambio climático, cuya magnitud es aún incierta, el envejecimiento poblacional es un hecho medido y previsible. “Sabemos con certeza que habrá más adultos mayores y menos niños. Esto va a cambiar profundamente nuestras sociedades”, advierte Bernardini.

En países como Colombia, se proyecta que a partir de 2055 la población comenzará a disminuir, mientras las tasas de recambio poblacional ya son muy bajas. Esta tendencia obliga a revisar sistemas económicos, pensionales y laborales. Bernardini es enfático: “Hoy seguimos jubilando a las personas como hace 80 años, cuando vivíamos mucho menos. Eso ya no tiene sentido”.

Nuevas reglas laborales

Con el auge del trabajo cognitivo y el valor creciente de la experiencia y las habilidades blandas, las personas mayores pueden seguir siendo muy productivas más allá de los 60 o 70 años. Bernardini considera que la jubilación debería ser opcional: “Una maestra que se jubila a los 55 está dejando de aportar décadas de sabiduría”.

Además, recalca que mantenerse ocupado no solo tiene beneficios económicos, sino también emocionales. “La ocupación es un ancla de identidad. Su pérdida puede llevar a depresión, aumento de suicidios e incluso mayor mortalidad en hombres mayores”.

El rol del Estado y las políticas necesarias

Frente a esta realidad, el Estado tiene la responsabilidad de garantizar pensiones dignas, pero también de permitir que quienes deseen continuar activos puedan hacerlo. Según Bernardini, la clave está en la flexibilidad: permitir jubilaciones graduales y premiar a quienes decidan trabajar más años.

Algunos países ya avanzan en este sentido. Uruguay, por ejemplo, aumentó la edad de jubilación y cuenta con un Sistema Nacional de Cuidados desde 2016. Costa Rica trabaja en uno similar. Incluso en Bogotá, el plan estratégico 2024–2027 incorpora la nueva longevidad como eje de política pública. Sin embargo, aún falta voluntad política y conciencia social sobre la magnitud del cambio.

La importancia de los hábitos y los vínculos

La nueva longevidad también tiene una dimensión individual. “La mitad de los casos de demencia se pueden prevenir”, afirma Bernardini, quien recomienda hábitos como la actividad física regular, una buena alimentación, vínculos afectivos sólidos, mantener un proyecto de vida y rodearse de amistades.

“Antes moríamos antes de que apareciera la demencia, hoy vivimos lo suficiente para que se manifieste. Por eso, hay que preparar esa segunda mitad con hábitos saludables desde temprano”.

Una vida más larga y más plena

En su libro, Bernardini ofrece herramientas prácticas para enfrentar esta nueva etapa: cómo alimentarse, cómo mantener relaciones sociales, cómo descubrir nuevos propósitos. Más que una guía médica, es una invitación a cambiar la mirada sobre el envejecimiento.

“El mensaje central es que nunca es tarde para empezar algo nuevo. La longevidad puede ser una oportunidad si la vivimos con salud, autonomía y propósito”, concluye el experto.

Así, el reto de envejecer deja de ser un problema para convertirse en una meta colectiva: construir una sociedad donde vivir más también signifique vivir mejor.

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