Por: Johan Steed Ortiz Fernández
Este no es un escándalo más. No es una denuncia más. No es una exageración.
En Neiva ya no basta con decir “esto es grave”. Lo del Programa de Alimentación Escolar (PAE) es más que un escándalo. Es una tragedia institucional, una vergüenza política y un crimen social.
Mientras los niños se sentaban a esperar su almuerzo, casi 4 toneladas de carne descompuesta, sin registro INVIMA, sin trazabilidad, sin fecha clara de vencimiento, estaban almacenadas en una bodega para ser entregadas en los colegios públicos de la ciudad. Nadie lo había detectado. Nadie lo había frenado. Nadie lo iba a contar.
Solo la veeduría ciudadana La Fortuna PAE, que desde abril venía denunciando todo esto. Ellos radicaron documentos ante la Procuraduría, la Contraloría, el INVIMA, la Bolsa Mercantil, en los que detallaron que no se estaba entregando proteína en colegios como el Rodrigo Lara Bonilla y su sede IV Centenario. Y de paso advirtieron que el proveedor no tenía el registro sanitario, que las etiquetas eran falsas o incompletas, y que el riesgo de una emergencia sanitaria era inminente. Sin embargo, nadie actuó.
Según la denuncia, el proveedor “Carne de Dios S.A.S.”, estaría operando sin registro INVIMA y suministrando productos con etiquetado incompleto, sin fechas claras de vencimiento, sin número de lote, ni instrucciones de uso. Incluso, con indicaciones contradictorias sobre su conservación (refrigerado y congelado al mismo tiempo).
La denuncia también señalaba que la empresa se presenta falsamente como fabricante del producto, y citaba como sustento el Decreto 1500 de 2007, la Resolución 5109 de 2005 y la Resolución 0335 de 2021, que regulan el manejo de carnes y el PAE.
El INVIMA respondió oficialmente a la denuncia, y en su comunicación queda en evidencia la magnitud del riesgo: se señala a la Unión Temporal PROPAE-NEIVA y al frigorífico CARNES DE DIOS S.A.S. como responsables de un suministro de carne sin registro sanitario, de procedencia dudosa y posiblemente en estado de descomposición. El organismo incluso traslada el caso a la UAPA (Unidad de Alimentación Escolar) para que se tomen medidas urgentes y se exijan explicaciones a todas las entidades involucradas, incluyendo a la Secretaría de Educación de Neiva.
Y en ese contexto, aparece lo más escandaloso: un oficio de la Secretaría de Educación de Neiva, firmado el 18 de abril de 2024 por la supervisora y todo el equipo de supervisión para el PAE, en el que, sin pudor, se avala al proveedor “Carne de Dios S.A.S.”, asegurando que sus condiciones sanitarias, logísticas y técnicas son “óptimas” y que cumple con todos los requisitos para operar.
¿Cómo puede explicarse semejante contradicción?
¿Avalaron la carne descompuesta?
¿Ignoraron las denuncias?
¿Firmaron sin verificar?
Por todo ese antecedente, estábamos en alerta esperando que la Secretaría de Salud, luego de una denuncia anónima, coordinara el operativo de inspección de la bodega. Ya el INVIMA les había comunicado que no estaban registrados y la planta de sacrificio presentaba documentación falsa.
El resultado de dicho operativo ya todos los conocemos. Las denuncias eran ciertas. La carne no tenía registro ni tampoco forma de corroborar su origen, tiempo de sacrificio ni calidad. Por eso incluso debieron llevarse la carne y quemarla, para evitar que fuera revendida o entregada a otras personas.
Es claro que la alcaldía de Germán Casagua y su Secretaría de Educación no solo guardaron silencio. También avalaron, protegieron y legitimaron a un proveedor que hoy pone en riesgo la salud pública. Y eso, señor alcalde, no se resuelve con un comunicado a última hora. Requiere explicaciones, responsabilidades y consecuencias.
¿Dónde está la supervisión que prometieron ejercer como garantes del contrato?
¿No fue acaso esta administración la que decidió no contratar supervisión técnica directa para el PAE este año?
Mientras nuestro alcalde decidió “ahorrar” en interventorías, los estudiantes corren riesgo de intoxicarse por cuenta de la malda calidad y el mal control.
Este no es solo un escándalo alimentario. Es una crisis ética, política y administrativa. No se puede poner en riesgo la salud de los niños ni con los recursos públicos. No se puede seguir firmando contratos sin control, sin vigilancia y sin consecuencias.
Por eso, proponemos una salida responsable y ciudadana:
1. Crear una Veeduría Ciudadana Permanente del PAE, con participación real de padres, docentes, estudiantes y expertos en salud. 2. Instaurar un Comité de Transparencia Alimentaria. 3. Priorizar proveedores regionales con experiencia comprobada y vigilancia sanitaria activa, no operadores con historial de sanciones.4. Implementación de una app de denuncias ciudadanas y trazabilidad, para que cualquier neivano pueda vigilar qué se les sirve a nuestros hijos.
Neiva no merece un PAE improvisado, silencioso y encubridor.
Merece transparencia, control y un alcalde que dé la cara. Ya basta de shows mediáticos. Necesitamos verdaderas acciones para recuperar a Neiva y no hundirla más en el abandono.
