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Violencia sin tregua: disidencias se fortalecen durante el cese al fuego en el Huila

May 21, 2025

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Pese a los acuerdos de cese al fuego promovidos por el Gobierno nacional con las disidencias del Estado Mayor de los Bloques y Frente (EMBF), la violencia no solo no disminuyó, sino que aumentó en varias regiones del país. El departamento del Huila se consolidó como una de las zonas más afectadas, concentrando el 27 % de los hechos violentos registrados durante el periodo de tregua.

Cese al fuego en Huila: más violencia que paz

El Gobierno nacional buscó reducir el conflicto armado mediante un cese bilateral del fuego entre junio de 2024 y abril de 2025, seguido de un mes de cese unilateral de operaciones ofensivas de la Fuerza Pública. Sin embargo, según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), la violencia ligada al grupo disidente EMBF, liderado por alias “Calarcá”, se intensificó.

(Vea El cabecilla de las disidencias de las Farc tras atentado en La Plata)

Durante el cese bilateral, se registraron 35 muertes atribuibles al EMBF, un aumento del 21 % respecto a los nueve meses anteriores, cuando hubo 26 fallecimientos. Las víctimas incluyeron civiles, miembros de la Fuerza Pública y combatientes del Clan del Golfo.

Además, el número de enfrentamientos aumentó notablemente. Cerac documentó 22 combates con participación del EMBF durante la tregua, el doble de los 9 registrados previamente. El 63 % de estos choques ocurrieron entre el Frente 33 del EMBF y el ELN, en una disputa territorial que también afecta al Catatumbo y otras regiones.

Huila, foco crítico de violencia durante la tregua

En el marco nacional de aumento de violencia, el Huila se posicionó como el segundo departamento más afectado, con 12 de los 45 eventos violentos nacionales durante el cese bilateral, equivalentes al 27 %. Solo Norte de Santander superó esta cifra con 20 incidentes.

Esta realidad convierte al Huila en una zona estratégica para el EMBF y una prioridad para las autoridades regionales. La expansión del grupo armado en el sur del país ha generado nuevas dinámicas de violencia, presencia ilegal y control territorial, con ataques a la Fuerza Pública, hostigamientos a comunidades rurales, instalación de explosivos, amenazas a líderes sociales y enfrentamientos con otros grupos ilegales.

Persistencia de la violencia durante el cese unilateral

Durante el mes de cese unilateral (abril-mayo de 2025), la violencia no cedió. Cerac reportó cinco eventos violentos, con siete miembros de la Fuerza Pública asesinados y un integrante de un grupo armado emergente.

En este periodo, el EMBF continuó sus acciones en el Huila, con al menos un evento violento registrado. La continuidad de combates entre grupos armados y con la Fuerza Pública demuestra que, pese a los acuerdos, la violencia se mantiene firme.

(Puede leer La ‘carnetización’ por parte de disidencias preocupa a la comunidad)

Factores que explican la violencia en el Huila

¿Por qué el Huila, que había reducido la violencia, volvió a ser un foco de conflicto? Las razones principales son:

  1. Ubicación estratégica: El Huila conecta regiones clave como Caquetá, Tolima y Meta, siendo un corredor para el tráfico de armas, personas y drogas.
  2. Debilidad institucional en zonas rurales: En municipios del norte y occidente, la limitada presencia estatal facilita el control de grupos armados.
  3. Intereses en economías ilícitas: Cultivo de marihuana, extorsiones y control de rutas hacen al Huila un territorio codiciado.
  4. Choques con otros grupos criminales: Las disputas entre estructuras ilegales y retaliaciones aumentan la violencia.

Fracaso del cese al fuego y retos para la paz

Los datos confirman que el cese al fuego con el EMBF no ha logrado reducir la violencia, sino que ha coincidido con expansión territorial y aumento de víctimas civiles. El Huila experimenta un recrudecimiento del conflicto, con dinámicas que muchos creían superadas.

El Gobierno debe replantear su estrategia de paz en regiones como el Huila, combinando presencia militar con inversión social, protección a comunidades y atención a víctimas.

La paz pendiente en el Huila

El departamento enfrenta un momento crítico. La “paz total” requiere más que ceses temporales: exige acciones concretas para frenar la violencia, garantizar seguridad y reconstruir la confianza. Sin respuestas claras, el Huila podría consolidarse como un nuevo epicentro del conflicto armado en Colombia.

Mientras tanto, las comunidades rurales siguen esperando que la promesa de paz se convierta en realidad tangible.

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