Por: María Clara Ospina
En momentos de confusión política, de polarización y de agendas que buscan imponer intereses particulares por encima del bienestar colectivo, es necesario alzar la voz para reconocer las decisiones firmes, coherentes y responsables que toman nuestros representantes.
Por eso, desde esta columna, va un mensaje de felicitación y respaldo al presidente del Senado, Efraín Cepeda, y a la mayoría de los senadores de la República que, con sensatez y valentía, votaron en contra de la costosísima consulta popular, (aproximadamente 700 mil millones de pesos), propuesta, irresponsablemente, por Gustavo Petro.
Dicha consulta amenazaba con convertirse en un mecanismo de división y antagonismo de Petro contra el Senado, además de ser innecesaria, pues el Senado aprobó retomar el estudio de la rechazada reforma laboral.
Esta inteligente resucitación de la reforma laboral dará una oportunidad para que Senado y gobierno abran una ruta de análisis y consenso para aprobar, sin presiones o insultos de parte de Petro, algo que todos queremos, ya seamos de derecha, centro o izquierda; mejores condiciones de trabajo, inclusive mejor salario, para los trabajadores diurnos y nocturnos. Esto sin producir pérdidas de empleos vigentes, destruir la posibilidad de crear nuevos empleos, o causar crisis en las empresas colombianas, especialmente las de mediano o pequeño tamaño, que dan empleo y producen el “pan comer” de millones de colombianos.
No se trató de rechazar la participación ciudadana, ni de deslegitimar la democracia directa. Se trató, precisamente, de proteger su sentido democrático más profundo. La decisión de no avalar esta consulta fue una muestra de madurez institucional y de respeto por los procedimientos establecidos y por la integridad del Estado de derecho.
El presidente del Senado, Efraín Cepeda, ha demostrado una capacidad de liderazgo que trasciende las ideologías. Su conducción equilibrada del debate permitió escuchar todas las voces, garantizar un proceso transparente y, sobre todo, priorizar el interés general. No es fácil, en un Congreso donde tantas veces priman las pasiones políticas, lograr una votación que responda a principios y no a presiones. Y, sin embargo, lo hizo. Esa es una señal de que el Congreso está dispuesto a defender la seriedad del sistema democrático.
A los senadores que votaron con conciencia, con argumentos, y con visión de país, ¡Colombia los felicita! El voto negativo a la consulta fue un acto de responsabilidad con nuestro futuro. En lugar de dejarse arrastrar por la inmediatez, dadivas del gobierno o cálculos electorales, optaron por preservar el equilibrio institucional.
Sabemos que no todas las decisiones del Congreso gozan del respaldo ciudadano. Sin embargo, precisamente por eso, actos como este deben destacarse. Porque muestran que sí es posible actuar con rigor, con independencia y con compromiso democrático.
Felicitaciones, entonces, al Senado de la República y a su presidente. La historia sabrá reconocer que, en un momento clave, supieron poner freno a una iniciativa que, lejos de aportar soluciones, amenazaba con abrir una peligrosa caja de Pandora. Que este precedente sirva para recordar que el verdadero patriotismo no es complacer al momento, sino pensar en el largo plazo. Y que la democracia se fortalece, no con más ruido, sino con decisiones responsables, valientes y bien fundamentadas.
Igualmente, debemos, enérgicamente, rechazar la vergonzosa agresión de Armando Benedetti. Ver a un ministro enfurecido tratar de golpear al secretario del Senado, fue algo despreciable.








