Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicó los resultados del informe de Mercado laboral de la Juventud del trimestre enero- marzo de 2025. Esta encuesta detectó que la población de jóvenes entre 15 y 28 años que no estudiaba ni se encontraba ocupada fue de 2,6 millones de personas. Con ello se revela la condición actual de los jóvenes queni estudian, ni trabajan a quienes popularmente se les conoce como “ninis”. La tasa global de participación (TGP) de la población joven en el total nacional fue 55,4%, registrando un aumento de 0,5 puntos porcentuales (p.p.) en comparación con el mismo periodo del año anterior (54,9%), representando el 24,2% de las personas en edad de trabajar para dicho rango de edades. Por sexo, esta relación para los hombres fue 8,0%, mientras que para las mujeres fue 16,3%. Por su parte, la tasa de ocupación (TO) para el total de personas, fue 45,9%, lo que representa un incremento de 2,0 p.p. comparada con el trimestre enero – marzo de 2024 (43,9%). Así mismo, la tasa de desocupación (TD) de la población joven se ubicó en 17,1%, registrando una disminución de 2,9 p.p. frente al trimestre enero – marzo de 2024 (20,0%).
Es muy triste observar en muchos hogares, que dichos jóvenes no desempeñan una actividad productiva, que les permita tener una prospectiva de desarrollo, que les garantice tener definido su futuro y su bienestar. Inclusive llegan a los 30 años y todavía permanecen en el seno de sus hogares, dependiendo de sus padres totalmente para su manutención y para sus gastos personales. Este es un fenómeno social y económico, que se ve reflejado en todo el mundo, producto de la profunda crisis que está presentando. Colombia ocupa el segundo lugar dentro del contexto latinoamericano, con mayor población de ninis.
Millares de padres de familia, en la mayoría de los casos se sienten frustrados, porque sufren todos los días de su existencia, con indignación, angustia y desesperanza, la tragedia de tener uno más hijos, que no desempeñan una actividad económica, ni estudian. El permanente síndrome de la rutinitis, de entregar hojas de vida, asistir a entrevistas y procesos de selección, que siempre son frustrantes porque no se obtienen unos resultados positivos para obtener un empleo digno, los obliga a entrar en muchas ocasiones al mercado informal. En muchas ocasiones se ha convertido en una tragedia para los hogares colombianos.
Así los voceros gubernamentales busquen las causas de esta problemática, en la implementación de políticas públicas asistencialistas, el reflejo de esta crisis acumulativa la han generado, la aplicación incoherente de los instrumentos de la política macroeconómica del país por parte del gobierno nacional, que van en contravía del esfuerzo titánico, que realizan algunos emprendedores que se atreven a crear empresa.
