Colombia se ubicó como el tercer país con mayor número de desplazados internos en el mundo, con 7,3 millones de personas forzadas a abandonar sus hogares por cuenta de la violencia armada, solo por detrás de Sudán y Siria. Esta cifra representa el 14% de la población nacional y refleja una crisis humanitaria que sigue agravándose con el paso de los años.
Durante los primeros cuatro meses y medio de 2025, se han registrado 66.000 nuevos desplazados, lo que equivale a un aumento del 28% respecto al total de casos reportados en todo 2024. La mayoría de estos desplazamientos se concentran en el Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, donde los enfrentamientos entre grupos armados ilegales, o entre estos y el Estado, han recrudecido. En esa región, más de 56.000 personas han sido afectadas recientemente.
El drama humanitario se ve aún más agudizado por la falta de recursos: apenas el 25% de las necesidades básicas de los desplazados están siendo cubiertas, según alertó la representante de la ONU, Dominique Tremblay. La escasez de ayuda humanitaria está dejando a decenas de miles de personas en una situación de extrema vulnerabilidad.
A pesar de la gravedad de la situación, la ONU sigue considerando el proceso de paz en Colombia como un ejemplo a seguir, destacando que cuenta con el respaldo de potencias internacionales y del Consejo de Seguridad. Sin embargo, la realidad en terreno muestra una desconexión entre los reconocimientos diplomáticos y las condiciones en que viven millones de colombianos desplazados.









