Por: Sergio Trujillo
Cada 48 horas, un niño, niña o adolescente es reclutado por grupos armados ilegales en Colombia. En 2024, el Huila registró 31 casos, un alarmante aumento del 138% respecto al año anterior, cuando se reportaron 13 casos.
Este flagelo afecta especialmente a nuestras comunidades campesinas e indígenas, donde los menores son blanco fácil de redes de reclutamiento que operan incluso en redes sociales como TikTok y Facebook, redes que no se entiende por qué no han sido cerradas. Como padre de dos hijos, me duele profundamente cada caso que arrebata la infancia y el futuro de nuestros niños.
El reclutamiento forzado de menores es una grave violación de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario. La Convención sobre los Derechos del Niño y su Protocolo Facultativo, ratificados por Colombia, prohíben la participación de menores de 18 años en conflictos armados. Además, la Corte Constitucional ha reiterado que los niños y niñas son sujetos de especial protección y deben estar en el seno de sus familias, educándose en escuelas y colegios, no portando un fusil obligados ni bajo el mando de estructuras armadas ilegales.
Desde la Asamblea del Huila, en pleno, estamos alerta y comprometidos en exigir a las autoridades y a la institucionalidad mecanismos efectivos para erradicar esta práctica. Apoyamos los esfuerzos de las comunidades campesinas e indígenas, como el Consejo Regional Indígena del Huila (Crihu), que claman por la protección de sus niños y niñas.
Es urgente que el Estado fortalezca su presencia en las zonas rurales, implemente programas educativos que adviertan a los menores sobre los riesgos del reclutamiento forzado y promueva mecanismos de denuncia. Además, se deben garantizar alternativas educativas y laborales para los jóvenes que son blanco de los reclutadores.
Nuestros niños y niñas son el presente y el futuro del Huila. Debemos protegerlos con acciones concretas y decididas. No podemos permitir que el conflicto armado siga arrebatándoles su infancia y sus sueños. En equipo por el Huila, digamos NO al reclutamiento de menores.
