Ecuador desplegó más de 1.500 militares en un área amazónica para localizar a disidentes de la guerrilla colombiana de las Farc que mataron a 11 uniformados durante una operación contra la minería ilegal. El Ministerio de Defensa informó el lunes que los uniformados de fuerzas especiales, inteligencia y contraterrorismo tendrán la misión de “localizar y neutralizar al grupo criminal que cobardemente atentó” contra un equipo de 20 militares.
Según confirmó el Ministerio de Defensa, el grupo armado Comandos de la Frontera —una facción que se apartó del proceso de paz en Colombia pero que actualmente sostiene conversaciones con el gobierno de Gustavo Petro emboscó a una patrulla militar ecuatoriana utilizando fusiles, granadas y explosivos de alto poder.
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“¡Nos vamos con todo! Esta guerra contra los malos se intensificará”, advirtió la cartera de Defensa en su cuenta oficial en la red X, dejando claro que la respuesta será contundente.Los soldados asesinados han sido declarados héroes nacionales, mientras que el Gobierno ofreció una recompensa sin especificar monto por información que permita capturar a los responsables. Uno de los cabecillas del grupo insurgente, alias “Compadre”, fue abatido durante la refriega.
El Ejército lo identificó como comandante de la estructura criminal en Ecuador y principal responsable del control de actividades ilícitas como la minería ilegal y el cobro de extorsiones en la zona. También mantenía vínculos con la banda ecuatoriana Los Lobos, mientras que otros grupos criminales como Los Choneros, Tiguerones y el brasileño Comando Vermelho operan en la región.
La operación militar cuenta con unidades de fuerzas especiales, inteligencia y contraterrorismo, que tienen como misión “localizar y neutralizar” a los miembros de la célula guerrillera responsable del ataque. El Ejército colombiano, por su parte, anunció que se encuentra en “máxima alerta” en la frontera y colaborará con las autoridades ecuatorianas en la búsqueda de los insurgentes.
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Organizaciones no gubernamentales alertan sobre el dramático aumento de la minería ilegal en la cuenca del río Punino, donde esta actividad se ha cuadruplicado en lo que va de 2024. Las comunidades locales habían advertido desde principios de año sobre la creciente presencia de disidentes de las FARC, lo que ha derivado en un escenario de creciente violencia. La región donde confluyen Colombia, Ecuador y Perú se ha convertido en un punto neurálgico para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. La penetración de grupos armados y organizaciones delictivas transnacionales agrava la crisis de seguridad en esta zona estratégica del continente.
