El Ministerio de Salud reporta 86 casos confirmados de fiebre amarilla entre 2024 y 2025. El departamento del Tolima concentra casi el 80 % del total de infecciones y preocupa por su alta letalidad.
DIARIO DEL HUILA, ANALISIS
Con corte al 11 de mayo de 2025, Colombia enfrenta una preocupante situación epidemiológica por el repunte de casos de fiebre amarilla, especialmente en el departamento del Tolima, que registra el mayor número de contagios y muertes. Las autoridades de salud hacen un llamado urgente a reforzar la vacunación y a consultar el carné digital en la plataforma MiVacuna.
Aunque es una enfermedad prevenible por vacunación, la fiebre amarilla ha resurgido en Colombia con una fuerza alarmante en los últimos meses. Según el más reciente boletín del Ministerio de Salud, entre el 1 de enero de 2024 y el 11 de mayo de 2025, se han confirmado 86 casos, de los cuales 38 han resultado en muertes. El 79 % de los contagios y más del 65 % de los decesos se han registrado en el departamento del Tolima, lo que ha encendido las alarmas a nivel nacional.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda transmitida por mosquitos infectados, principalmente en zonas rurales, selváticas y tropicales. Aunque Colombia mantiene un esquema nacional de vacunación que incluye esta inmunización, los recientes datos muestran que aún persisten brechas importantes en cobertura y prevención, sobre todo en regiones con difícil acceso o con altas tasas de informalidad en la atención médica.
Tolima: el foco de la crisis sanitaria
Tolima, con 68 casos confirmados y 25 muertes, se ha convertido en el principal foco de la fiebre amarilla en Colombia. La velocidad de propagación del virus en este departamento ha sido tal que supera con creces los registros de otras regiones, lo que ha llevado a una respuesta urgente de las autoridades locales y nacionales.
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Las cifras reveladas por el Ministerio de Salud demuestran que los brotes no están siendo contenidos de forma adecuada y que la enfermedad mantiene un índice de letalidad preocupante. De los 68 casos en Tolima, solo 43 personas han sobrevivido, lo que equivale a una tasa de mortalidad del 36,7 % en ese departamento.
Los otros departamentos con casos confirmados son Putumayo (7 casos, 5 fallecidos), Meta (2 casos, ambos fallecidos), y Nariño, Caquetá, Huila, Cauca, Caldas y Guaviare, todos con un solo caso y una muerte. Vaupés es la única región con un caso reportado en el que el paciente ha sobrevivido.
El riesgo de expansión y la importancia de la vacunación
La fiebre amarilla puede propagarse rápidamente si no se mantiene una cobertura de vacunación superior al 95 % en las áreas de riesgo. Las autoridades han reiterado que la única manera de evitar un mayor número de contagios es mediante la inmunización oportuna.
El Ministerio de Salud ha recordado a la población que es fundamental contar con el certificado de vacunación actualizado. Este documento puede ser consultado de manera sencilla a través de la plataforma MiVacuna. El proceso para obtenerlo incluye:
- Ingresar a https://mivacuna.sispro.gov.co/MiVacuna?v1
- Aceptar los términos y condiciones.
- Seleccionar el tipo de documento.
- Ingresar el número de identificación y la fecha de expedición del documento.
- Completar el código captcha.
- Presionar el botón para generar el carné digital.
- Descargar el certificado.
En caso de que el carné no registre la dosis contra fiebre amarilla, el ciudadano debe acudir a un punto de vacunación donde se podrá verificar la aplicación y actualizar la información manualmente. El Ministerio aclara que la validación en el sistema puede tardar entre 24 y 48 horas tras el registro por parte de la IPS.
Protocolos ante ausencia de evidencia documental
Uno de los desafíos más frecuentes en las regiones afectadas ha sido la falta de registros oficiales de vacunación. En estos casos, si una persona afirma haber sido vacunada pero no cuenta con documentos que lo certifiquen, debe firmar una “declaración de antecedente vacunal” para que la información pueda ser ingresada al sistema nacional. Esta medida busca evitar vacunaciones innecesarias y garantizar que quienes ya están protegidos no reciban dosis adicionales sin justificación.
El llamado de las autoridades: más vigilancia, más prevención
La alta letalidad del brote actual —con 38 muertes en 86 casos, una tasa de mortalidad cercana al 44 %— ha llevado a los expertos a pedir una intervención más agresiva por parte del Gobierno Nacional, incluyendo el fortalecimiento de brigadas móviles de vacunación, campañas de información en lengua indígena y criolla, y el incremento de recursos para los entes territoriales de salud pública.
La Defensoría del Pueblo y el Instituto Nacional de Salud han alertado sobre la necesidad de ampliar la vigilancia epidemiológica, especialmente en zonas selváticas y de frontera, donde el virus tiene mayor probabilidad de circular de manera silenciosa antes de ser detectado.
Asimismo, se han pedido medidas adicionales para controlar los vectores, como campañas de fumigación y educación sobre la eliminación de criaderos de mosquitos, especialmente en zonas rurales del Tolima y Putumayo.
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Una enfermedad prevenible que no puede volver a ser olvidada
La fiebre amarilla no es nueva en Colombia. El país ha enfrentado brotes a lo largo de su historia, pero el hecho de que siga siendo una causa de muerte en pleno 2025 plantea interrogantes sobre las coberturas reales de vacunación, la capacidad de respuesta ante emergencias y la eficiencia del sistema de salud en zonas de difícil acceso.
La vacunación contra esta enfermedad está disponible de forma gratuita en todo el país, especialmente para quienes habitan en regiones de riesgo o viajan a zonas selváticas. La inmunidad conferida por la vacuna es de por vida, lo que hace aún más preocupante que la falta de información o registros esté permitiendo que la enfermedad cobre tantas vidas.
Una alerta que debe tomarse en serio
El brote de fiebre amarilla en Tolima y otras regiones del país debe servir como una alerta sanitaria de gran importancia. La combinación de baja cobertura vacunal, fallas en los registros digitales, y la rápida transmisión del virus ha dejado un saldo doloroso: 38 personas muertas en lo que va de 2025 por una enfermedad prevenible.
La tarea ahora es doble: reforzar la vacunación en los territorios y garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder fácilmente a sus certificados. Solo así será posible evitar que esta amenaza continúe expandiéndose y cobrando más vidas.
