El hallazgo del cuerpo de Liceth Dayanis Saldaña Bastidas, una joven de Algeciras, Huila, ha causado conmoción nacional. Desaparecida desde los 13 años, fue encontrada muerta en Perú con signos de violencia. Su familia pide ayuda para repatriar sus restos.
DIARIO DEL HUILA, JUDICIAL
En un caso que ha generado profunda tristeza y desconcierto en el departamento del Huila, Liceth Dayanis Saldaña Bastidas, una joven de 21 años originaria del municipio de Algeciras, fue encontrada sin vida el pasado sábado 10 de mayo de 2025 en una carretera de la provincia de Barranca, en Perú. El cuerpo fue hallado en la vía Panamericana Norte, uno de los corredores viales más transitados del país andino.
Lo que hace este caso aún más dramático es que Liceth había desaparecido cuando tenía apenas 13 años. Su familia no volvió a saber de ella desde entonces. Ocho años después, el único rastro que permitió confirmar su identidad fue un tatuaje en su espalda con su nombre.
Un hallazgo que genera más preguntas que respuestas
El cuerpo de Liceth fue hallado desnudo, con signos evidentes de violencia y con la cabeza rapada, según informaron medios peruanos. El lugar del hallazgo, ubicado entre Los Cipreses y el ingreso a Los Pinos, es una zona rural que conecta a pequeñas comunidades del norte del país. Hasta ahora, no se ha emitido un informe oficial sobre la causa exacta de la muerte.
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El hecho ha sido catalogado por las autoridades como un homicidio en proceso de investigación. El cuerpo fue trasladado a la morgue del Hospital de Barranca para realizarle la necropsia y determinar los motivos de su deceso.
Una madre sin respuestas y sin recursos
La familia de Liceth, que reside en el barrio Los Rosales de Algeciras, se enfrenta ahora al dolor de la pérdida y a la dificultad económica de repatriar su cuerpo. Su madre, Clemencia Bastidas, ha hecho un llamado urgente a las autoridades y a la comunidad para recibir apoyo económico y logístico.
“Soy una madre de muy escasos recursos. Lo único que quiero es traer el cuerpo de mi hija a Colombia para darle una cristiana sepultura”, expresó entre lágrimas. “No sé cómo llegó a Perú, ni en qué circunstancias vivía”, añadió, señalando que nunca hubo contacto con ella desde su desaparición.
La Personería Municipal de Algeciras, en cabeza de Raúl Alexis Forero, ya ha iniciado gestiones ante la Cancillería colombiana para facilitar la repatriación del cuerpo. La Cancillería, por su parte, ya ha sido notificada por las autoridades peruanas y se encuentra brindando asistencia consular a la familia.
Desaparición sin denuncia oficial
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención del caso es que no hay registro oficial de una denuncia de desaparición por parte de la familia ante las autoridades judiciales o de búsqueda en Colombia. Tampoco existen datos de que Liceth haya tramitado su cédula de ciudadanía, lo que dificultó aún más conocer su paradero durante estos años.
La madre de la joven explicó que, debido a la falta de recursos y acompañamiento institucional, nunca pudieron establecer una ruta clara de búsqueda. Esta situación ha reavivado el debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de alerta y seguimiento para personas desaparecidas, especialmente en poblaciones vulnerables.
Impacto en la comunidad y exigencia de justicia
El caso ha causado un fuerte impacto en Algeciras y en todo el departamento del Huila. Las redes sociales y medios locales se han volcado en muestras de solidaridad con la familia y en exigencias de justicia para esclarecer los hechos.
Desde el municipio, se han iniciado iniciativas solidarias para recolectar fondos que permitan repatriar el cuerpo de Liceth y brindarle una sepultura digna en su tierra natal. Mientras tanto, las autoridades tanto en Colombia como en Perú han señalado que el caso sigue abierto y que se investigarán todas las hipótesis.
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Una alerta sobre la vulnerabilidad de los jóvenes
La muerte de Liceth también expone la vulnerabilidad de miles de jóvenes colombianos que, por distintas circunstancias, se alejan de sus hogares sin seguimiento por parte de las instituciones del Estado. Muchos, como en este caso, terminan expuestos a redes de trata, violencia sexual, explotación o incluso homicidios fuera del país.
Este lamentable suceso subraya la urgencia de crear estrategias binacionales para la protección de migrantes colombianos, así como de reforzar los canales de denuncia, búsqueda e intervención temprana en casos de desapariciones.
Por ahora, la familia de Liceth Dayanis Saldaña Bastidas solo desea poder traerla de vuelta a casa. Un viaje de regreso marcado por el dolor, la incertidumbre y la impotencia, pero también por la esperanza de que, al menos, su historia no quede en el olvido.








