Al menos siete personas migrantes indocumentadas han muerto bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Estados Unidos, según un informe de la cadena CNN. Las muertes ocurrieron en centros de detención ubicados en Florida, Texas, Misuri, Arizona y Puerto Rico, y reflejan el endurecimiento de la política migratoria bajo el segundo mandato de Donald Trump, que ha intensificado la persecución sin importar el estatus migratorio.
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Entre los fallecidos se encuentra Brayan Rayo-Garzón, un colombiano que murió el 8 de abril en la cárcel del Condado de Phelps, en Misuri. Su madre afirmó a medios locales que el joven fue presionado psicológicamente por el personal del centro de detención hasta llevarlo a quitarse la vida. “Era un hombre joven y saludable”, declaró, cuestionando la versión oficial que sugiere un suicidio.
Los otros casos reportados incluyen a Marie Ange Blaise, una haitiana de 44 años que falleció en Florida; Juan Alexis Tineo-Martínez, dominicano que murió en Puerto Rico tras ser detenido por la patrulla fronteriza; y un ciudadano etíope de 45 años, quien murió en Arizona tras múltiples complicaciones de salud mientras permanecía bajo custodia del ICE.
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La política migratoria actual ha sido fuertemente criticada por organizaciones de derechos humanos, que denuncian detenciones arbitrarias, traslados a cárceles de alta seguridad y falta de atención médica en los centros. La creciente cifra de muertes revive el debate sobre el trato que reciben los migrantes y la urgencia de una reforma migratoria con enfoque humanitario.









