El mundo católico celebra la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como el nuevo papa, quien asumirá el pontificado bajo el nombre de León XIV. Su perfil pastoral, su profundo vínculo con América Latina y su mensaje de unidad y paz marcan el inicio de una nueva etapa para la Iglesia.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
A las 6:07 p. m., hora de Roma (11:07 a. m. en Colombia), el cielo sobre la Plaza de San Pedro fue testigo de un acontecimiento histórico: desde la chimenea de la Capilla Sixtina se elevó el esperado humo blanco, símbolo inequívoco de que la Iglesia Católica había elegido a su nuevo pontífice. Pocos minutos después, desde el balcón central de la basílica vaticana, se escucharon las tradicionales palabras “Habemus Papam”. El elegido: Robert Francis Prevost, quien asumió el nombre de León XIV.
El cardenal Prevost fue elegido en la cuarta votación del cónclave, una decisión relativamente rápida que confirma que, en las congregaciones previas, los cardenales ya habían logrado un significativo consenso. La votación se dio tras una intensa jornada en la que participaron 133 cardenales electores, encerrados en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de secreto y solemnidad.
¿Quién es León XIV?
Robert Francis Prevost nació en septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos. Hijo de madre de ascendencia española, el nuevo pontífice encarna un perfil profundamente latinoamericano. En 1985 llegó al Perú como parte de una misión de la Orden de San Agustín, tan solo tres años después de haber sido ordenado sacerdote. Desde entonces, su vinculación con el país andino ha sido profunda y transformadora.
Prevost dirigió durante una década el seminario agustiniano en Trujillo. En 2014, el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo y más tarde obispo de esa jurisdicción. Para entonces ya había adoptado la nacionalidad peruana, en cumplimiento de los acuerdos diplomáticos entre el Perú y la Santa Sede. También se desempeñó como vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana y fue administrador apostólico del Callao entre 2020 y 2021.
En 2023, Francisco lo llevó a Roma para ocupar uno de los cargos más influyentes dentro de la curia vaticana: prefecto del Dicasterio para los Obispos. Además, presidió la Pontificia Comisión para América Latina. Su nombramiento como cardenal ese mismo año fue interpretado como un respaldo directo del papa argentino y un reconocimiento a su estilo pastoral y su compromiso con una iglesia cercana a los pueblos.
Un pastor para tiempos inciertos
La elección de León XIV ocurre en un momento geopolíticamente complejo. Las tensiones en Medio Oriente, la crisis climática, los desplazamientos masivos de población y el resurgimiento de discursos totalitarios generan gran expectativa sobre la postura que asumirá el nuevo pontífice.
Desde la misa previa al cónclave, el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, había advertido que el nuevo líder debería ser capaz de guiar a la Iglesia en un tiempo “difícil, complejo y convulso”. En ese sentido, expertos se preguntaban si los cardenales optarían por un diplomático o un pastor, un reformista o un conservador.
Todo apunta a que León XIV representa una síntesis: un pastor con sensibilidad latinoamericana, cercano a las periferias, con formación teológica sólida y experiencia en el gobierno eclesial, aunque sin el perfil de un político tradicional.
Un nombre con historia
Al elegir llamarse León XIV, el nuevo pontífice se sitúa en una tradición marcada por el liderazgo y la firmeza doctrinal. El primero en llevar ese nombre fue León I, también conocido como el Magno, quien logró detener la invasión de Atila el Huno en el año 452 y fue proclamado Doctor de la Iglesia por su influencia en la teología cristiana. El último papa en llevar ese nombre había sido León XIII (1878–1903), reconocido por su apertura al diálogo con el mundo moderno y su encíclica Rerum Novarum, pionera en la doctrina social de la Iglesia.
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El nombre, que significa “león” en latín, evoca cualidades como la valentía, la fortaleza y el liderazgo. El propio León XIV afirmó que eligió ese nombre inspirado por un “soplo del Espíritu Santo” y el deseo de asumir una misión grandiosa, tal como lo hizo su antecesor homónimo del siglo V.
Primeras palabras del pontífice
Desde el balcón central del Vaticano, el papa León XIV pronunció su primer discurso con voz temblorosa y el rostro emocionado. Saludó a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro con un mensaje de paz y unidad:
«La paz esté con todos ustedes. Esta es la paz de Cristo resucitado: una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante, que proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente.»
El nuevo papa recordó con afecto al papa Francisco, su mentor y amigo, y llamó a los fieles a ser “constructores de puentes”, apelando al diálogo, la caridad y la cercanía con los más necesitados. En un gesto que generó una ovación prolongada, León XIV habló en español para agradecer al pueblo peruano y prometió una Iglesia misionera y sinodal.
«Soy hijo de San Agustín, Agustino, que ha dicho: ‘Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo’.»
Reacciones internacionales
Las reacciones a la elección del nuevo pontífice no se hicieron esperar. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, destacó la “convergencia humanista” con León XIV. El presidente de Israel, Isaac Herzog, expresó su deseo de fortalecer las relaciones con la Santa Sede. Javier Milei, presidente argentino, pidió que el papa defienda “la vida, la libertad y la propiedad privada”.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro resaltó el origen latinoamericano del nuevo papa y subrayó el simbolismo de que provenga de una ciudad como Chicago, “la gran ciudad obrera y progresista” de Estados Unidos.
Un papa del sur global
A pesar de su nacionalidad estadounidense, el perfil de León XIV lo acerca más al sur global que a la élite eclesiástica europea. Su historia personal, marcada por el trabajo misionero, la formación de sacerdotes en América Latina y su cercanía con los pueblos indígenas y los pobres, refuerzan esta percepción. Expertos en teología coinciden en que su liderazgo será más pastoral que doctrinal, más centrado en la escucha y la sinodalidad que en los debates dogmáticos.
Próximos pasos
El papa León XIV deberá ahora elegir la fecha para la misa solemne de inicio de su pontificado, en la que recibirá el palio y el anillo del Pescador, símbolos de su autoridad como sucesor de Pedro. Esta ceremonia, prevista para los próximos días, será el inicio oficial de su ministerio público.
Desde ya, se espera que comience a conformar su equipo de trabajo y trace las primeras líneas de su pontificado. Las decisiones sobre reformas, nombramientos y prioridades marcarán el ritmo de su gobierno y revelarán si optará por dar continuidad a las transformaciones iniciadas por Francisco o imprimirá un sello propio a su papado.
Una nueva etapa para la Iglesia
La elección de León XIV abre una etapa cargada de expectativas y desafíos. El nuevo papa enfrenta un mundo fragmentado y una Iglesia que busca renovarse sin perder su identidad. Con un estilo cercano, una trayectoria misionera y un fuerte arraigo en América Latina, el pontífice parece estar preparado para esa misión.
Desde la Plaza de San Pedro hasta las comunidades más apartadas del mundo, millones de fieles oran por su pontificado. Habemus Papam: León XIV ha comenzado su camino como pastor universal de la Iglesia Católica.
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