Por tercera vez en lo que va de 2025, la tasa de usura en Colombia vuelve a subir, situándose en 25,96% para el mes de mayo. La medida, anunciada por la Superintendencia Financiera, impactará directamente el costo de los créditos, en especial para los consumidores y pequeños productores.
DIARIO DEL HUILA, Economía
La Superintendencia Financiera de Colombia expidió la Resolución 0837 de 2025, mediante la cual certificó el nuevo Interés Bancario Corriente (IBC) y la Tasa de Usura aplicables desde el 1° de mayo hasta el 31 del mismo mes. Con esta resolución, se establece un incremento en la tasa de usura que ahora se ubica en 25,96% efectivo anual, lo que representa la tercera subida en lo que va del año. Esta decisión se da en medio de un contexto financiero marcado por los esfuerzos del Banco de la República por contener la inflación, mientras se busca mantener activo el crédito para dinamizar el consumo y la inversión.
Además, el IBC para la modalidad de crédito de consumo y ordinario se fijó en 17,31% efectivo anual, lo que supone un aumento de 23 puntos básicos respecto a la tasa de abril (17,08%).
Implicaciones del aumento de la tasa de usura
La tasa de usura, que representa el límite máximo de intereses que pueden cobrar las entidades financieras en el país, tiene efectos tanto sobre la oferta como sobre la demanda de crédito. Su incremento tiene varias repercusiones económicas:
1. Impacto en los consumidores
El aumento de la tasa de usura encarece el costo de los préstamos para los hogares colombianos, especialmente aquellos que recurren al crédito de consumo y ordinario. Este tipo de financiamiento es común para la adquisición de bienes durables, pago de estudios o emergencias familiares. Con una tasa límite más alta, los bancos tienen mayor margen para ajustar al alza sus tasas de interés, lo cual puede desincentivar el endeudamiento o reducir la capacidad de pago de los consumidores.
El IBC de 17,31% en mayo significa que cualquier interés superior al 25,96% se consideraría usura, y por lo tanto, ilegal. Aunque este margen es aún controlado, representa una carga mayor para los usuarios que ya enfrentan un entorno económico retador, especialmente si se consideran los niveles de inflación, desempleo o estancamiento del poder adquisitivo.

2. Afectación al crédito productivo
La resolución también establece las tasas de interés corrientes para diversas modalidades de crédito productivo, tanto en zonas rurales como urbanas, y para emprendimientos o unidades económicas más pequeñas. Estos son los nuevos valores:
- Crédito productivo de mayor monto: 28,00%
- Crédito productivo rural: 18,96%
- Crédito productivo urbano: 36,85%
- Crédito popular productivo rural: 51,56%
- Crédito popular productivo urbano: 59,36%
Estas cifras reflejan un aumento significativo en el costo de financiamiento para emprendedores, pequeñas unidades productivas y sectores rurales que, en muchos casos, dependen del crédito para sostener sus operaciones o iniciar nuevas actividades. Especialmente preocupante es el caso del crédito popular productivo urbano, con una tasa que supera el 59%, lo que podría desalentar la formalización y limitar el acceso al crédito de miles de microempresarios.
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3. Beneficios para el sector financiero
Desde la perspectiva de los bancos y entidades de crédito, un aumento en la tasa de usura ofrece una mayor flexibilidad para fijar tasas que cubran sus riesgos operativos, especialmente en un contexto donde los niveles de mora podrían aumentar. Les permite también seguir otorgando créditos a segmentos con mayor riesgo, como los microempresarios informales, aunque a un costo más alto.
4. Repercusiones en el crecimiento económico
En términos macroeconómicos, el encarecimiento del crédito puede tener efectos contractivos en el corto plazo. Si el acceso al crédito se restringe, tanto por parte de los consumidores como de los productores, se reduce la inversión y el consumo, impactando negativamente el crecimiento económico. Esto es particularmente sensible en un año donde el país necesita consolidar su recuperación tras periodos de desaceleración económica.
El incremento de la tasa de usura al 25,96% en mayo de 2025 es una medida que responde a la dinámica del mercado financiero y a la necesidad de actualizar los topes permitidos para la cobranza de intereses. Si bien puede beneficiar al sistema bancario al ampliar su margen de maniobra y reflejar con mayor precisión el costo del dinero, representa un desafío para hogares y pequeños empresarios, quienes enfrentarán condiciones de financiamiento más estrictas.
Será clave que las autoridades, tanto financieras como de desarrollo económico, implementen mecanismos de apoyo para los sectores más vulnerables, especialmente en zonas rurales y urbanas populares, donde las tasas se han elevado de forma considerable. Asimismo, se requiere mayor educación financiera para que los ciudadanos comprendan los costos reales de sus créditos y tomen decisiones informadas.

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