El país registra un aumento de casos de tos ferina, una enfermedad respiratoria que afecta especialmente a niños no vacunados y preocupa a las autoridades de salud.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Un repunte en los casos de tos ferina ha encendido las alarmas en el sector salud de Colombia y del mundo. Esta enfermedad respiratoria aguda, también conocida como pertussis, es altamente contagiosa y causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque se trata de un padecimiento conocido desde hace siglos, su presencia cíclica y el riesgo que representa especialmente para los niños más pequeños mantiene en alerta a las autoridades sanitarias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado que entre 2010 y 2019 se reportaron en promedio 170.000 casos anuales de tos ferina a nivel global. Durante la pandemia de COVID-19, los contagios disminuyeron significativamente, posiblemente por las medidas de aislamiento y el uso de mascarillas. Sin embargo, desde la segunda mitad de 2023 y lo que va de 2024, varios países, especialmente en Europa y América Latina, han registrado un nuevo pico de contagios. México, por ejemplo, emitió una alerta epidemiológica en febrero de este año, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendó a los países redoblar esfuerzos en vacunación y vigilancia.
En Colombia, el Instituto Nacional de Salud (INS) ha reportado 228 casos de tos ferina hasta el 5 de abril de 2025. Bogotá encabeza la lista con 103 casos, seguida de Antioquia con 52, y Huila y Cundinamarca con 15 casos cada uno. Aunque los números aún no reflejan una epidemia de gran escala, el comportamiento del brote y su rápida propagación sí representan un riesgo, sobre todo para los niños no vacunados o parcialmente vacunados.
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El neumólogo pediatra y epidemiólogo Santiago Ucrós advierte que esta enfermedad tiende a presentar picos cada siete años, y que el brote actual se alinea con este patrón. “En cualquier parte del mundo que uno mire en los últimos meses ha habido un aumento muy importante en los casos de tos ferina”, sostiene el experto, quien también destaca que los bebés menores de 2 meses —que aún no han recibido su primera vacuna— son los más vulnerables, y en ellos la infección puede incluso causar la muerte.
Además de los lactantes, otro grupo en riesgo son los niños mayores de cinco años que no han recibido un refuerzo reciente. Aunque en este grupo la enfermedad rara vez es letal, puede provocar una tos persistente de hasta tres meses, conocida como “la tos de los 100 días”, que genera ausentismo escolar, visitas médicas frecuentes e incluso incapacidades laborales en el caso de los adultos.
La vacunación es la principal medida de prevención. En Colombia, el esquema del Plan Ampliado de Inmunización (PAI) contempla dosis de la vacuna pentavalente a los 2, 4, 6 y 18 meses, con un refuerzo a los 5 años. Además, desde hace varios años se aplica una dosis en mujeres embarazadas a partir de la semana 26 de gestación, con el fin de transferir anticuerpos protectores al recién nacido.
Según Ucrós, se debería considerar la inclusión de un refuerzo entre los 10 y 12 años, como ya se aplica en otros países, ya que se ha observado un aumento de casos en preadolescentes y adolescentes que han perdido la inmunidad de las vacunas aplicadas en la primera infancia. “Colombia no la tiene incluida en su plan de inmunizaciones, pero sería una estrategia efectiva”, afirma el médico.
La Circular Conjunta 011 de 2025, emitida recientemente por el Ministerio de Salud y el INS, establece lineamientos claros para la vigilancia, el diagnóstico y la respuesta a los brotes. Este documento busca estandarizar la notificación de casos y asegurar la disponibilidad de vacunas, además de fomentar una respuesta coordinada ante el aumento de casos.
La tos ferina se transmite fácilmente por contacto con gotas respiratorias de personas infectadas al toser o estornudar. Los síntomas iniciales son parecidos a los de una gripe leve, con fiebre baja, congestión nasal y tos seca. Sin embargo, al cabo de varios días la tos se vuelve más intensa, con ataques que dificultan la respiración y pueden generar sonidos característicos (el «gallo» o “coqueluche”) al intentar inhalar. Estos episodios, que son repetitivos y agotadores, pueden ser peligrosos en niños pequeños.
En resumen, el reciente aumento de casos de tos ferina en Colombia debe tomarse con seriedad. Las autoridades sanitarias han comenzado a implementar medidas para reforzar la vacunación y vigilar la enfermedad, pero es fundamental que la población también esté atenta a los síntomas y cumpla con los esquemas de vacunación, tanto en niños como en adultos. La prevención es clave para evitar que esta enfermedad, aparentemente controlada, se convierta en una amenaza para la salud pública.

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