A los 88 años falleció el Papa Francisco después de ocupar el pontificado durante 12 años y 39 días como el mayor jerarca de la iglesia católica, quien deja un legado como el profeta de la esperanza y de la paz. Después de estar durante más de un mes en el hospital Gemali de Roma y de participar en algunos actos litúrgicos de la Semana Santa mediante apariciones esporádicas ante su feligresía. Su salud se fue deteriorando de acuerdo con el informe oficial proferido por el Vaticano, donde un accidente cerebral le quitó la oportunidad de continuar en este trasegar terrenal. Fue un defensor a ultranza de la paz y de la vida. El anuncio de su fallecimiento lo hizo el cardenal Kevin Joseph Farrel, a través de un video mensaje desde la Casa Santa Marta donde vivía: «Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7:35 a. m. (hora local) de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados”. Inmediatamente esta triste noticia fue difundida a través de todos medios de comunicación internacionales y redes sociales.
El argentino Jorge Mario Bergoglio como era su nombre de pila, deja un amplio legado de reformas al interior de la iglesia católica. El primer pontífice latinoamericano impulsó una Iglesia de puertas abiertas para los pobres y excluidos, incomodó a los más tradicionalistas con su estilo fresco, sencillo y transgresor, lejos de la pomposidad de sus antecesores. Impulsó una política de mano dura contra la pederastia y mayor inclusión. Igualmente defendió a la mujer y las designó en algunos cargos de liderazgo en el Vaticano. Deja una huella indeleble a través de sus mensajes papales que impactaron positivamente los cimientos de la iglesia, lo cual, lo diferenció de sus antecesores. Su humildad hacia los sectores más vulnerables de la sociedad fue catalogada por la opinión pública, como uno de los mayores dones.
Ahora se inicia el Cónclave para designar al sucesor de San Pedro en el mundo. Todos los cardenales de los países en el mundo han empezado a desplazarse al Vaticano para participar de este evento magno. Será un proceso limpio alejado de intrigas, corrupción, compra de votos, clientelismo político y de la penetración de dineros del narcotráfico como ha ocurrido en Colombia. Todavía resuenan en las mentes de las familias colombianas, la frase que pronunció en su visita a Colombia, en el periodo comprendido entre el 6 y el 10 de septiembre de 2017: “Basta una persona buena para que haya esperanza”. Paz eterna en su tumba.
