Las diversas tragedias que han enlutado a centenares de familias en el mundo por la improvisación y las construcciones deficientes que se han adaptado para convertirlas en discotecas y sitios de diversión, están generando un llamado de atención a las autoridades de los municipios donde se desarrollan tales eventos carnestoléndicos. Varias giras de artistas internacionales en algunos países han tenido que ser suspendidos porque el personal técnico y sus organizadores, que se han dado cuenta oportunamente de que las tarimas y sus escenarios presentan deficiencias y no se encuentran aptas para la realización de conciertos. En muchas ocasiones, el público se pone violento y rechazan cualquier aplazamiento. Pero lo que está en juego es la vida. Por este motivo las autoridades de las localidades donde se realizan estas presentaciones deben ser rigurosos con dichos sitios, para evitar hechos trágicos, como han ocurrido en otrora, que han dejado una estela de muertos y lesionados por estas improvisaciones.
Tal es la tragedia reciente ocurrida el anterior fin de semana en la Republica Dominicana, provocado por el desplome del techo de la discoteca Jet Set en su capital Santo Domingo. La estructura cayó sobre los alegres asistentes mientras el famoso cantante de merengue, el dominicano Rubby Pérez, de 69 años, que también falleció a los 69 años, hacía su presentación. La muerte se agazapa sin respetar momentos de alegría y esparcimiento, sorprenden, duelen y enlutan no solo a un país sino al mundo entero. Este hecho ocurrió a las 12:40 de la noche, donde se derrumbó el techo de este famoso sitio de diversión, considerado uno de los locales más emblemáticos de esa ciudad, con capacidad para 700 personas sentadas y 1.000 de pie. Los organismos de socorro están aclarando e investigando las causas de este siniestro que hasta el momento han rescatado 221 cadáveres, donde se encuentra el de la distinguida empresaria oriunda del municipio de Pitalito, Luz Andrea Jiménez Castiblanco, que residía desde hace un lustro en el mencionado país. Igualmente quedaron lesionados más 150 personas que están siendo atendidas en los hospitales de este país.
No queda una lección. La Oficina de Gestión del Riesgo de la ciudad, debe adelantar operativos con las demás autoridades, para revisar las discotecas y sitios de diversión que funcionan en la capital del departamento. No es un ataque al desarrollo de esta importante actividad económica. Se busca prevenir riesgos innecesarios. Inclusive ahora que se acercan las fiestas del San Pedro, deben ser exigentes y muy estrictos en el otorgamiento de las licencias y autorizaciones para la construcción de palcos y demás centros de diversión. Los escenarios donde haya espectáculos masivos tienen que ser revisados por profesionales en estructuras físicas y constantemente, más si se trata de edificaciones antiguas. Lo primero son las vidas humanas. Prevengamos.
