De acuerdo con los informes emanados por el Ideam, en el mes de abril se presentarán altas precipitaciones que van a afectar la infraestructura productiva en nuestro departamento, para lo cual debemos estar preparados para minimizar las nefastas consecuencias que puedan afectar nuestro quehacer cotidiano y por ende, un deterioro para la dinámica productiva de la región surcolombiana. Nuevamente la naturaleza pone a prueba la capacidad del departamento para mitigar consecuencias de eventos extremos, como son las intensas oleadas invernales que se prevén en los próximos días. En épocas pretéritas, se ha demostrado que la vulnerabilidad del territorio huilense ante esta clase de eventos climáticos extremos que se presentarán en los próximos días quedarán en evidencia, dada la alta fragilidad geológica que presenta el suelo huilense. Cualquier esfuerzo preventivo que adoptemos desde nuestros hogares, será de trascendental importancia para prevenir afectaciones.
El año anterior, hemos tenido promedios de lluvias bastante por encima de lo normal. Los últimos días han estado pasados por agua algunas regiones del país. Igualmente, nuestro departamento no se ha sustraído de este fenómeno climatológico. Se observan caídas inesperadas de ramas de arboles en las vías, rocas, piedras, lo mismo que remociones en masa y aumento de los caudales de las quebradas y afluentes del rio Magdalena. Las emergencias suceden de manera imprevista. Por tal motivo, debemos impulsar desde nuestros hogares, la limpieza de las calles y evitar la caída de basuras a las alcantarillas. Cuando tenemos altas lluvias, estos residuos pueden ocasionar taponamientos de estas tuberías, generando inundaciones que afectan las vías y nuestras viviendas. Urge acción efectiva contra prácticas que disparan la vulnerabilidad de zonas en riesgo, para lo cual debemos acatar las recomendaciones que impartan las autoridades de la Gestión del riesgo, ante la ocurrencia de tales eventos climáticos.
Vale la pena desde esta tribuna de opinión, seguir insistiendo que las alcaldías en coordinación con los organismos de socorro realicen podas y revisiones periódicas de los árboles que presentan deterioro en sus ramas. Cuando las precipitaciones ocurren acompañados de fuertes vientos y tormentas, se vuelven detonantes para que caigan ramas y cortes inesperados de árboles en las vías y viviendas, que pueden generar accidentes de tránsito y daños a las unidades familiares. Al mismo tiempo, una coyuntura como la de estos días, tienen que recordar a todos dos cosas: que la ocurrencia de fenómenos extremos será, por la crisis climática, cada vez más frecuente. Igualmente, las consecuencias de estos fenómenos pueden ser menos devastadoras, si hay acción efectiva contra prácticas que disparan la vulnerabilidad de las zonas aledañas a ríos quebradas. Es importante que el gobierno nacional apoye con recursos concretos a los entes territoriales para atender los daños a la infraestructura productiva en esta región Actualmente existen peticiones desde la pasada época invernal, que no han sido atendidas.
