Por: María del Carmen Jiménez
El 27 de marzo de cada año se conmemora el día Internacional del Teatro para reconocer su valor como expresión artística y cultural, para concientizar sobre el papel del teatro en la construcción de identidades y en la preservación de la memoria histórica. Fue creado en 1961 por el Instituto Internacional de Teatro, ONG dependiente de la UNESCO.
El arte escénico es valioso en la cultura, la educación y el desarrollo personal, porque transmite valores culturales a través de historias, mitos, leyendas, es un medio para experimentar la identidad cultural y la continuidad histórica.
En el campo educativo es fundamental porque contribuye a desarrollar la creatividad, la imaginación, desarrolla la inteligencia emocional, mejora la comunicación verbal y no verbal, ayuda a conocer el propio cuerpo ,refuerza la autoestima , el desarrollo de la empatía y comprensión. El teatro es transmisor de valores culturales, un vehículo formador de pensamiento crítico, enseña a entender a otros y a convivir en las diferencias. Es una alternativa liberadora. El teatro en el aula permite la autoconciencia, y la afirmación de la personalidad como insumos claves para la construcción de una cultura de convivencia y paz,
El teatro va más allá de un escenario de disfraces, es un ejercicio de interpretación, criticidad, comprensión y representación de un conocimiento o realidad.
El día Mundial del Teatro busca también sensibilizar a los gobiernos para que garanticen su apoyo. Es paradójico que esta expresión artística al igual que otras expresiones que contribuyen a humanizar a construir escenarios de reconciliación, no tengan los apoyos requeridos para fortalecer sus procesos. En general las artes, los saberes y las culturas son menospreciadas por los gobiernos en todos los ámbitos nacional, departamental y municipal.
Conozco a plenitud los esfuerzos personales de quienes contra viento y marea han creado salas de teatro en nuestro territorio, han construido público cultural y han generado procesos culturales ininterrumpidos para el disfrute de los huilenses.
La Corporación Cultural Casateatro es ejemplo de ello. Como se sintetiza en su portafolio, lleva “33 años tejiendo identidad, cultura y paz en el corazón del Huila. A través de su grupo teatro Imagen se ha consolidado como un semillero de nuevos talentos y un espacio de creación y producción escénica, Además promueve la formación de públicos con la Escuela de las artes y la Cultura” Igualmente, se debe destacar a la Corporación de teatro Guadajira, Tabla Dos, y otras que pese al poco apoyo gubernamental, persisten en su empeño.








