Luego de enfrentar una de las emergencias más severas por incendios forestales en septiembre pasado, el departamento del Huila ha comenzado su retorno a la normalidad.
El Consejo Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres han levantado la declaratoria de calamidad pública, tras evaluar las acciones ejecutadas para mitigar los daños y garantizar la recuperación de las zonas afectadas.
No obstante, la atención ahora se centra en la llegada de la primera temporada de lluvias, que se espera para los meses de abril, mayo y junio. Ante este panorama, la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres (OGRD) ha instado a los alcaldes municipales a actualizar sus planes de contingencia y reforzar las estrategias de prevención para evitar nuevas emergencias.
Recuperación temprana y atención a comunidades afectadas
Entre las principales acciones implementadas durante la fase de recuperación, la OGRD ha priorizado la atención a las poblaciones rurales más golpeadas por los incendios.
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“En la fase de recuperación temprana, tenemos un compromiso con la población rural de los municipios de Palermo y Aipe, donde se perdieron los acueductos veredales”, explicó Isabel Hernández Ávila, jefe de la Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres del Huila.
Esta labor ha requerido la articulación con entidades del nivel nacional y local para la reconstrucción de la infraestructura hídrica y garantizar el acceso al agua potable en las comunidades afectadas.
Alerta ante la inminente temporada de lluvias
El levantamiento de la calamidad pública no significa que los riesgos hayan desaparecido. La primera temporada de lluvias del año se acerca con un contexto particular: la influencia del Fenómeno de La Niña, que ha generado lluvias atípicas desde comienzos de año.
“Este año hemos tenido lluvias atípicas por influencia del Fenómeno La Niña, por eso hemos tenido emergencias en una temporada que tradicionalmente es de menos lluvias en los meses de enero, febrero y marzo”, advirtió la funcionaria de la OGRD.
Con la normalidad restablecida tras los incendios, el departamento se alista para enfrentar nuevos retos climáticos con estrategias preventivas que garanticen la seguridad de la población.
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